OSPAÑA y el tratamiento de la picadura del alacrán

OSPAÑA y el tratamiento de la picadura del alacrán

El envenenamiento que produce la picadura de algunos insectos o arácnidos, en este caso del alacrán -también llamados escorpiones-, es peligroso para la salud ya que puede ser grave, pero es prevenible y tratable.

El signo más destacado es el dolor agudo y de alta intensidad en el lugar del aguijonazo en una zona en el cuerpo que puede ser sólo local o extenderse hacia el tronco sin producir daño en los tejidos.

Desde su centro médico, OSPAÑA, explica que, en estos casos o etapas, la vida de la persona no corre peligro, pero cuando el envenenamiento es más generalizado combinado también con dolor local y, en un cuerpo donde el veneno se distribuye a diferentes partes del sistema nervioso y otros tejidos, produce síntomas de cierta intensidad, tales como dificultad respiratoria, salivación, lagrimeo o temblores. Si el paciente presenta vómitos, diarrea y alteraciones cardíacas, se debe concurrir al médico.

¿Qué hacer cuando hay una sospecha de picadura por alacrán?

Actuar con rapidez y colocar hielo en la zona; concurrir al hospital para recibir una evaluación y, en lo posible, llevar el escorpión para ser identificado. No es aconsejable realizar tratamientos caseros. Por otra parte, es importante apretar o perforar el área de la picadura, intentar succionar el veneno con la boca o quemar o aplicar soluciones sobre la picadura.

En cuanto a los síntomas, si son graves, el paciente deberá recibir el suero antiescorpiónico para neutralizar la toxina venenosa; caso contrario, quedará en observación durante el tiempo que el médico lo considere necesario.

Frente al hallazgo de un ejemplar de alacrán, el pisotón para eliminarlo no es la mejor opción ya que impedirá distinguir de qué clase se trata; un factor indispensable para conseguir el antitóxico efectivo si hubiera picado a alguien. Para capturarlo se aconseja una técnica segura que consiste en tomar un vaso y tapar al alacrán, deslizar por debajo un cartón o papel grueso, e invertir luego el vaso para que el insecto quede dentro sin posibilidad de escapar.

Patricia Ortiz
Crédito fotográfico: Freepik.com

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