Benito Blanco es un hombre forjado en una niñez que debió dejar su tierra natal para emigrar a la Argentina. Llegó a nuestra patria convencido de que el trabajo es la única forma de progresar y con un corazón de brazos abiertos; de inteligencia y personalidad, recorrió un camino de crecimiento. Ese joven modesto que se inició en un puesto de “lavacopas” al que accedió recién llegado, fue logrando sus sueños de familia y amistad y la concreción de ingeniosos emprendimientos productivos y sociales le valieron importantes reconocimientos tanto en Argentina como en España.
El 28 de septiembre de 2023, en el Club Español de Buenos Aires, la Asociación Art Nouveau Buenos Aires, una entidad sin fines de lucro creada para la difusión y conservación del patrimonio de nuestra ciudad y de otras localidades, sumó otro especial reconocimiento a don Benito “por su gran aporte y desinteresada contribución a la industria, comercio y cultura de la Argentina, su segunda patria”, según dice el texto del diploma que sella una vez más la dedicación de este gallego que continúa trabajando con esmero y pasión.
En el emotivo acto, estuvieron presentes, la señora Embajadora del Gobierno de España, María Jesús Alonso Jiménez; Juan Carlos Sánchez, gerente general y administrador del espacio emblemático e integrantes de la Cámara Española de Comercio, así como directivos y socios de la Asociación Amigos del Art Nouveau, familiares y amigos en general.
En un reconocimiento como este se despiertan muchos sentimientos. Don Benito realizó un breve repaso de su obra en Argentina y en Galicia y habló de sus trabajos iniciales y del esfuerzo y la constancia que lo llevaron a tener una empresa de ingeniería de lodo de inyección de los pozos de petróleo, con un plantel de 53 ingenieros químicos.
Además, contó que hizo construir 120 viviendas en su pueblo, Lalín, y que cada uno de los ocho edificios que forman el complejo lleva el nombre de una localidad argentina.
Al abrir el libro de la historia de cada hombre o mujer, siempre existe una época en la cual la vida se desarrolla con más alegría. Si bien don Benito fue un gran emprendedor y diversificó sus actividades, la que más alegría y satisfacciones le dio fue la “Compañía Minera del Lago”, la empresa que lo llevó a recorrer palmo a palmo todas las provincias productoras de petróleo y gas. Estuvo al frente de la firma durante veinte años ininterrumpidos y decidió cerrarla cuando vio que la actividad se volvía financieramente riesgosa.
Entre aplausos, abrazos y algunas lágrimas de emoción, la mirada de una mujer tan presente en la vida de don Benito Blanco es la de la escritora Mariana Vicat, quien comentó a Caminos Culturales cómo atesora don Benito la infinidad de premios y distinciones que ha recibido: “A todos ellos los guarda con especial cariño porque cada uno va relatando una historia de vida dedicada al trabajo y también a reflejar su amor por una España que lo vio nacer; y una Argentina que lo recibió con los brazos abiertos”.
En efecto, “un galleguito de montaña, criado en una aldea pequeña, conoció el mar y subió por primera vez a un barco para cruzar el Atlántico a la edad de veinte años”, afirmó Vicat quien, además agregó que ese fue un viaje que lo tuvo mareado y con náuseas todo el tiempo, pero cuando su tía lo fue a buscar al puerto y él pudo descender del buque Cabo de Hornos y conoció la Avenida de Mayo, se enamoró perdidamente de nuestro país y de los argentinos.
En la fiesta se festejaron con abanicos y antifaces especialmente confeccionados para la ocasión, los diez años de la fundación Asociación Art Nouveau Buenos Aires, entidad con la que Benito Blanco ha colaborado desde sus inicios: “la sede de la Asociación se encuentra en el Edificio Barolo, del cual Benito es un referente histórico por haber tenido allí las oficinas centrales de su empresa donde le tienen un afecto especial”, agregó la escritora.
Para cerrar el acto, la señora embajadora y don Juan Carlos Sánchez, descubrieron una placa que nombró al Club Español “Edificio Emblemático de la Ruta Art Nouveau 2023”.
A sus lúcidos noventa y dos años este reconocimiento es una bienvenida más de un país como la Argentina que recibió a Benito Blanco como un hijo más, hijo que ha levantado su copa para agradecer y para recordar todo lo que aquí ha vivido: es un premio muy bien ganado por su intensa, incansable y fructífera labor.
Patricia Ortiz
Corrección: Ricardo de Titto
