La Fundación España creó un programa de estimulación cognitivo musical

El acto de inauguración estuvo a cargo del embajador de España, Dr. Rafael Estrella Pedrolla y la presentación del novedoso programa, que a través de la música logra mejorar a pacientes con deterioros en su memoria, fue expuesta por miembros de la Universidad de Buenos Aires en el marco de la asistencia brindada a los centros de instituciones para mayores que actualmente colaboran con la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales.

«Retrasar el deterioro y recuperar funciones perdidas o conservarlas y aumentar la calidad de vida fue el desafío que nos impusimos cuando comenzamos el desarrollo de este programa», dijo María Fernanda Rodríguez, coordinadora del programa de desarrollo cognitivo musical.

La Fundación España, constituida en 1991 por iniciativa de la Embajada de España en Argentina, tiene como objetivo principal la asistencia de las carencias de los españoles que residen en la Argentina.

El audiovisual explicó en detalle cómo el material que se encuentra en la memoria de cada uno puede dar un dato de la propia vida de un anciano que no logra recordar; esto ocurrió en el Centro de Floresta cuando una paciente, a partir de la memoria musical, contó su historia y se pudo ubicar en esta etapa de su vida.

«Se trabaja la cognición», explicó Paula Ferigni. La propuesta es la de identificar un rol en una melodía conocida y reconocer cuando marcamos un error: es un trabajo bastante completo debido a que la capacidad y la memoria se guardan en lo cognitivo; está reservada y preservada en el medio. Los ancianos se esfuerzan y los coordinadores
también.

Un paciente que llega a musicoterapia no utiliza cualquier material, como un paciente de psicoterapia tampoco lo hace. A partir de que lo cotidiano sucede, la historia se puede traer al presente y compartirse con sus compañeros.
Marina Iervasifue, una de las catorce alumnas pasantes de la carrera de Musicoterapia 2007 que participó en esta experiencia en el primer cuatrimestre del año, impulsada por la Embajada de España, destacó la formación personal y profesional del programa y felicitó a sus colegas del Hospital Francés: «Estos abuelos nos sorprendieron con su energía para trabajar; eran ellos los que nos enfrentaban y así creamos un vínculo semana a semana. Fue una manera de conocer un abordaje diferente y, como alumnos, avanzamos en la experiencia que a muchos nos permitió considerar a la tercera edad como un área de formación y fortalecimiento de la disciplina”.

¡Reloj no marques las horas! Ella se irá para siempre cuando amanezca otra vez…
Una canción elegida por los pacientes habla de un reloj detenido.
¿Quiénes eran cuando dejó de funcionar? ¿Quiénes son ahora? Las inclemencias del tiempo borraron las huellas de su pasado.
Pero la música, con su dinámica y con su energía, reavivó esos recuerdos. La memoria preservada avanzó en otra dimensión y el grupo llegó a otro himno:
¡Resistiré! Cuando se te cierren las salidas…
Resistir a través de la estimulación de las gnocias (capacidad de reconocimiento senso- perceptivo) mediante el reconocimiento cognitivo desde la vía de la audición fue la tarea del grupo. «Hacemos un promedio entre los grupos de cátedra y cuando llegamos a un máximo de diez estímulos sonoros del entorno natural y social, se les pide que los reconozcan, los nombren y los identifiquen en una lámina», dijo María Fernanda Rodríguez.

Hacia el final del período, se repitió la estimulación y se observó un mejor rendimiento de la memoria inmediata, la atención y la percepción auditiva, lo que significó un cambio considerable de los porcentajes de reconocimientos de estímulos. ¡Muchos habían comenzado sin poder llegar a reconocer sus actividades diarias!

Para Paula Ferigni, lo más interesante fue trabajar desde lo cualitativo, y así se logró que no hubiese pacientes indiferentes al estímulo, porque éste permite el acceso a reservas cognitivas y a lo histórico de cada paciente.

Sara Flatag, decana de la Facultad de Psicología, explicó que el programa alcanzó a cincuenta y siete ciudadanos españoles en dos instituciones: el Hogar Elías Romero, ubicado en Temperley, y el Hogar Santa Teresa de Jornet, en el barrio de Floresta. «Esperamos extenderla a otras instituciones españolas», dijo con alegría. El músico terapeuta utiliza la música como complemento de otras actividades terapéuticas y es apropiada para trabajar con pacientes severamente perturbados. Flatag contó que existen trabajos con niños en combinación con terapias psicoanalíticas y los resultados son excelentes. Es la música la que se encuentra en el origen de la humanidad, en nuestra composición. La meta es utilizarla racionalmente, con objetivos y técnicas claras para cada paciente; que despierte actividades que desde otras perspectivas no se encauzan. Por eso tiene un diagnóstico, una estrategia previa y un objetivo. «Esta combinación de estimulación cognitiva con musicoterapia fue una idea de sábado a la tarde lluvioso”.

Reportaje a Alicia Topelberg, coordinadora académica de la cátedra de Musicoterapia de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
—¿Qué importancia tiene este programa en el historial académico y cómo lo enriquece?
—Es un gran aporte para nuestra formación académica y es una propuesta
novedosa desde la neurología y el trabajo con la tercera edad. Se ha realizado gracias a la Fundación España, que nos abrió las puertas para investigar y estimular las bases neurológicas desde la musicalidad.

—¿Qué se logra con este nuevo aporte?
—Prevenir y retrasar el deterioro cognitivo trabajando a través de la memoria témporo- espacial.

—¿Cuánto tiempo llevó este trabajo que tuvo como protagonistas a hombres y mujeres de la tercera edad?
—Se realizó en el segundo cuatrimestre de 2007. Este año abarcaremos
dos centros más de la Fundación España, y los alumnos pasantes se irán
incrementando.

—¿Está dirigido solamente a instituciones geriátricas?
—Sí. El convenio con la Fundación España es sólo para geriátricos.

—¿Existen antecedentes de esta propuesta de trabajo musical?

—No existían antecedentes de estudios aplicados desde la neurología; sí desde la gerontología, relacionada con la musicoterapia por más de cuarenta años.

—¿Se puede revertir la enfermedad de Alzheimer?
—Basándonos en lo farmacológico, sí.

—¿Qué tipo de instrumentos utiliza el musicoterapeuta?
—La canción es un instrumento privilegiado. Sin dejar lo farmacológico, se incrementa a partir de la vivencia en el trabajo neuronal y se trabaja la memoria y en el desgaste. Dentro de las neurociencias y del psicoanálisis, que es mi campo, insisto en la re valoración.

—¿Por qué el video muestra a los ancianos cantando Resistiré con tanta fuerza?
—Porque involucra aspectos de resiliencia y superación. La letra de esa canción no sólo toma un parámetro musical, sino que trabajamos otros aspectos al hacerlo desde la psicología.

CONCLUSION
La emoción en la palabra: el antes y el después. De acuerdo con la información brindada por los profesionales del programa, se puede determinar que los ancianos entran al programa con un cerebro y salen con otro. Así lo demostró una paciente con síndrome de Down que, luego de recibir estímulos, dispuso las mesas como estaban antes del receso: recordaba la ubicación y el espacio en la clase. En cada relación nueva hay una conexión neuronal. Si bien las células del cerebro mueren, otras se reorganizan y eso es lo que se ve cuando despiertan y ocupan otro lugar. El musicoterapeuta no necesariamente tiene que saber cantar. Trabaja desde lo más simple: un contacto, un abrazo, una sonrisa, aprender a socializar con sus compañeros. Luego viene el juego: reconocer sonidos, un bingo musical, interpretar, escuchar la resonancia de las palmas y detenerse en el error de un básico ¡Feliz cumpleaños! es un incentivo para cada uno. Y también la felicidad de una paciente afásica que no puede hablar, pero sí cantar.  Escuchar su voz es para ella un regalo musical. ¡Resistiré! Sí. Los circuitos de la palabra, de la música, del lenguaje son diferentes. Sería como cantar en otro idioma, por fonética. Es otro lenguaje: lo puede pronunciar, pero no significa que pueda hablarlo.

Patricia Ortiz

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