Turismo de cachaça: un viaje incomparable por distintos pueblos de Brasil

Turismo de cachaça: un viaje incomparable por distintos pueblos de Brasil

La cachaça es a Brasil como el asado a la Argentina. En varios bares en todo el país se ofrece este licor y no hay viaje donde no se deguste la bebida insignia del pueblo brasilero, todo un reclamo cultural para locales y viajeros.

La cachaça, conocida por los locales como “pinga” o “branquinha”, proviene de la destilación de la caña de azúcar fermentada, su color suele ser blanco o amarillento y puede añejarse o no en barrica de madera. La elaboración más popular a base de cachaça es, sin duda, la caipirinha.

Brasil continúa siendo el primer productor y consumidor de la cachaça en el mundo, y como tal este aguardiente se produce en diferentes estados, lo que permite al visitante hacer un divertido tour que recorre ciudades tradicionales productoras de la bebida considerada patrimonio histórico y cultural del país.

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En el recorrido por algunos pueblos destiladores se destaca Paraty, en Rio de Janeiro, donde converge un clima propicio para la producción de cachaça, tradición que se remonta al siglo XVIII.

Salinas – Minas Gerais, es famosa por producir la mejor cachaça del país, la pequeña ciudad de Salinas –ubicada en el Valle de Jequitinhonha-, mantiene las tradiciones de una producción artesanal. Marcas famosas de todo el mundo, como Anísio Santiago (ex-Havana), tienen su cuna en Salinas, y en la zona hay más de 80 destilerías. Algunas de ellas permanecen abiertas a los visitantes, mientras que otras cuentan con tiendas en el centro de la ciudad para degustar “la mejor cachaça”.

La ciudad también atesora el Museo de la Cachaça, un espacio de 13.000 m2 donde se narra la historia de la producción de esta bebida en Salinas, reconocida como la Capital Mundial de la Cachaça. La colección abarca diferentes aspectos del cultivo de la caña de azúcar: siembra, cosecha, molienda de caña y fermentación de la bebida; así como también exhibe los rótulos de las marcas y los objetos utilizados en la fabricación artesanal.

En cuanto a Tracunhaém, ubicada en Pernambuco se encuentra la colección del Museo de la Cachaça con cerca de 12.400 rótulos de cachaza es el principal atractivo de Tracunhaém. Hay puntos de venta y degustación en el interior del museo y la atracción principal de la casa es la primera cachaça industrializada del Brasil.

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Otro lugar en el cual se disfruta la cachaca es Bonito, en  Mato Grosso do Sul, en donde se conserva un gran referente en la tradición de la bebida;  un bar situado en la calle principal famoso por su taboa, una bebida que combina cachaça, miel, canela, polvo de guaraná y hierbas naturales. Hay también un espacio para mostrar a los turistas las etapas de la producción y degustación de la bebida. Los visitantes pueden conocer la historia del bar y de la taboa, participar de la fabricación de botellas y comprar productos exclusivos.

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