El Seminario Rabínico Latinoamericano es el centro educativo judío mas importante de Iberoamérica

El Seminario Rabínico Latinoamericano es el centro educativo judío mas importante de Iberoamérica

Entrevista al rabino Ariel Stofenmacher, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, un espacio fundado en 1962 y liderado por el rabino Marshall T. Meyer Z”L y un pequeño grupo de rabinos y dirigentes comunitarios.

Este centro se caracteriza por ser el único en Iberoamérica dedicado a la formación académica y espiritual sostenido por valores éticos. Su misión es el fortalecimiento de la vida judaica y la asistencia al Tikun Olam (en hebreo: תיקון עולם), que significa “reparar el mundo” en todo el orbe y, en particular, a los países de habla hispana y portuguesa, a través de la educación y el desarrollo de las relaciones familiares cercanas poseedoras de un elevado espíritu de vida comunitario.

¿De qué manera el Seminario Rabínico Latinoamericano lleva el mensaje de un judaísmo tradicional y moderno a cientos de miles de personas?

El seminario es una institución fundada en 1962 por el rabino  Marshall Meyer junto con otros grupos de dirigentes y rabinos inspiradores de dos grandes movimientos.Hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, comenzó un movimiento de  apertura cultural llamado “iluminismo”, en el cual, diversas comunidades religiosas, entre ellas la judía, se sintieron integradas a la sociedad en general. Este acontecimiento dio origen a la profundización del estudio histórico positivo académico del judaísmo en las universidades.

Rabino Ernesto Yatahh: vicerrector del Seminario, Daniel Danon secretario de la AMIA, Lic. Mónica Capano: presidenta de la CM, rabino Ariel Stofenmacher: rector del seminario y Guillermo Hesinger: coordinador general del seminario

¿Cuál fue el origen de la fundación del Seminario Rabínico?

En Alemania existía una Casa de Altos Estudios de la Ciencia del Judaísmo. Lamentablemente, luego de la posguerra, muchos rabinos graduados en los seminarios de Berlín debieron emigrar a América Latina y a otras ciudades del mundo, donde se unieron y convocaron a otras personas para fundar el Seminario Rabínico junto al mencionado rabino Marshall T. Meyer. Este espacio —que se inició con cuatro estudiantes— fue dedicado a la formación de maestros rabínicos de habla hispana y portuguesa. En la actualidad, es la principal institución de educación judía superior en Iberoamérica: tiene un área de formación superior para formadores  religiosos y comunitarios de todo el mundo, prepara académicos que trabajan en universidades y son investigadores y contribuye a la educación de la gente en forma directa. Además, entrena a los maestros de las escuelas en toda la región, les provee insumos y brindan material educativo en sinagogas, entre otras acciones.

¿Qué es un rabino?

Es un maestro que atesora un gran bagaje cultural y de conocimientos variados. Sería el equivalente de un sacerdote en otras religiones, es decir, una persona que a lo largo de su carrera ha ido adquiriendo una formación rabínica extensa y difícil. Nadie se gradúa en menos de 8 años, y durante el tiempo que dura la preparación rabínica debe incorporar uno o dos títulos universitarios. La capacitación es de maestría o doctorado.

Por otra parte, no es un sacerdote, en términos de que no tiene poderes terrenales o de transformación, no puede absolver a alguien y no es irremplazable. Tomemos un ejemplo: a un matrimonio judío religioso lo puede llevar cualquiera y no necesita investidura rabínica. Imparte educación y acompañamiento.

Seminario Rabínico Latinoamericano, un espacio de responsabilidad social con la formación de vida comunitaria judía y argentina

¿A qué época se remonta la lucha por los derechos humanos?

Los llevaré lejos en el tiempo. Tiene que ver con la tradición judía; la vida y el mensaje profético que dice: “Hagan las cosas bien y atiendan a los necesitados”. Para comenzar con esta construcción de lucha, la historia cuenta que Abraham Joshua Heschell, un rabino polaco norteamericano fallecido hace 50 años, era un gran activista de los derechos humanos civiles de los afroamericanos y uno de los socios de Martin Luther King, con quien marchó a Washington. Un segundo granito fue el Concilio Vaticano II, convocado por su santidad Juan XXIII, quien lo anunció el 25 de enero de 1959: fue el vigésimo primer concilio ecuménico de la Iglesia católica, que se terminó con Pablo VI.

Tenía por objeto principal construir la relación entre la Iglesia y el mundo moderno y se transformó en uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX, debido a que resolvió su posición frente a otros cultos no católicos, como la comunidad judía y la visión histórica de esta frente al hecho histórico de considerar al pueblo judío responsable de la muerte de Jesús y cómo un pueblo había perdido el favor divino en aras del Nuevo Testamento que se le había dado a otra comunidad, la cristiana.

¿Quiénes fueron los principales interlocutores de esta conversación teológica?

Quienes llevarón adelante la hechura y escritura de la declaración Nostre Aetate (Nuestra Era), que redefine la relación de la Iglesia católica con el judaísmo, fueron principalmente Su Eminencia Augustin Bea S.J., cardenal a cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Rabino Abraham J. Heschell quienes, quienes aseguraron que el testimonio de maestros judíos y católicos que enseñan juntos “vale más que muchos discursos”. Ambos tuvieron una estrecha relación con el Papa San Pablo VI, a tal punto de lograr la definición de la cuestión teológica. De este modo, surgió dicha declaración de la Iglesia que cambió el mundo, la cual supone que, de haber habido judíos que incentivasen la muerte de Jesús, dicha responsabilidad les cabría  a ellos y no a sus sucesores. En términos de desheredar al pueblo judío de esto se entiende que es un hermano mayor de la Iglesia y, por supuesto, la bendición divina sigue con ellos: no significa quitarla a otros.

Rabino Ernesto Yatahh: vicerrector del Seminario, doctor Oscar De Masi, Daniel Danon secretario de la AMIA, Lic. Mónica Capano: presidenta de la CM, rabino Ariel Stofenmacher: rector del seminario

¿Qué aportes realizó el rabino Marshall Theodore Meyer?

Vivió 25 años en la Argentina y fue el creador del Seminario Rabínico más importante de Latinoamérica, del cual surgen los principales rabinos conservadores de toda la región. Fue el líder de la transformación cultural más importante de la colectividad judía latinoamericana del siglo xx posibilitando la creación de un foro de diálogo interreligioso, además de impulsar las manifestaciones de las luchas para que el gobierno norteamericano salga de Vietnam.

¿Cuáles son los pilares sobre los que se edifica el Seminario Rabínico?

El espíritu de los programas educativos y de cualquier estudiante (pasamos de cuatro iniciales a miles) que los conforma  es que comprenda y esté comprometido con los derechos humanos; el diálogo interreligioso y la acción social. La obra de Meyer demuestra que fue un activo defensor de los derechos humanos; por ejemplo, fue miembro de la CONADEP en los 70. En esta línea de acción se  cerró un acuerdo con el licenciado Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación para trabajar juntos el tema, tomando en cuenta los archivos documentales de esa época. Además, planeamos múltiples actividades, como hacer una diplomatura en forma compartida. En cuanto al diálogo interreligioso, se trabaja en cada pueblito y en cada barrio. Siempre hay un egresado del seminario que colabora con los habitantes y aporta ayuda. En el marco de una intensa relación del papa Francisco con el Seminario, esperamos que nos reciba cuando viajemos al Vaticano en noviembre de este año.

Entonces, cuando me detengo en la acción social como uno de los pilares en los que se basa la institución, me refiero a un trabajo que se efectúa en forma indirecta a través de la concientización y la facilitación. Ayudamos a visibilizar problemas sociales y crear vínculos que los resuelvan, en relación con temáticas tan importantes como la pobreza, la violencia familiar, la problemática de Ni una menos, la diversidad de género o la inclusión de la colectividad LGBT. El seminario es pluralista y transversal.

¿Qué características de personalidad y preparación debe tener un rabino?

En general, exigimos que tenga una sólida formación académica en materia de temas judíos, avalados por estudios universitarios en relación con lo que le gusta. Para comenzar, realizamos un psicodiagnóstico y los entrenamos tanto en tareas comunitarias como en gerenciamiento de acciones sin fines de lucro, en psiquiatría y acompañamiento pastoral. Buscamos a personas saludables con vocación de servicio moral, mental, espiritual y personal, aunque la búsqueda de la excelencia no significa una demanda de la perfección, sino de funcionalidad, es decir, que la gente pueda cumplir una tarea. Somos conscientes de los dilemas que genera el poder y debemos empoderarlos para que puedan gestionarlo sin dañar a otros.

Seminario Rabínico Latinoamericano, un espacio de responsabilidad social con la formación de vida comunitaria judía y argentina

¿Se trabaja el ego?

Sí, con cursos especiales, tutorías.

Volvamos al enriquecedor mundo del diálogo interreligioso.

Es interesante destacar que las relaciones intergubernamentales o paragubernamentales no derivan exclusivamente de las relaciones políticas, sino que se sostienen en la palabra “valores”, que son judíos cristianos, universales y enarbolan las banderas de la paz y la igualdad. Por lo tanto, para lograr este cometido, celebramos relaciones con todo aquel que quiera interactuar con nosotros: me refiero a diálogos con políticos, religiosos, embajadores o empresarios con el objetivo de impulsarlos a hacer las cosas bien.

Por ejemplo, en el área de patrimonio del Gobierno Nacional surgió una productiva reunión con la licenciada Mónica Capano, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y Bienes Históricos, a quien le planteamos nuestra decisión de compartir la temática con los líderes religiosos de Argentina. El Estado tiene una deuda con el patrimonio cultural judío y se le propuso presentar una serie de monumentos a toda la comunidad judía para hacer una selección de los lugares de interés para proponer su declaración como monumento histórico. Esa reunión se realizará el próximo 29 de septiembre a las 14 y contará con la presencia del Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer y de representantes de las comunidades judías de Bs. As.

¿Cuál es el patrimonio judío más preciado?

¡Es el espíritu! Aunque es difícil de patrimonializar (risas).

La comunidad judía, tanto como la de los musulmanes y otras religiones, tiene edificios emblemáticos que merecen ser declarados monumentos históricos nacionales. Cito al Cementerio Judío de Liniers, por ejemplo, con 120 años de existencia. En cuanto al Templo Libertad(Congregación Israelita de la República Argentina) es Monumento Histórico Nacional y la primera sinagoga de la Ciudad de Buenos Aires que figura, además, entre los 50 edificios más valiosos erigidos entre 1920 y 1970.

¿Qué bienes inmateriales representan a la cultura judía?

Hay programas educativos, de cultura, idiomas, aunque hago una reflexión: «¿El espíritu fraterno de diálogo interreligioso entre las comunidades de fe en la Argentina no sería patrimonializable?». Es un fenómeno que ocurre en la Argentina y no en otros lugares. También lo es la lengua yiddish, que tiene sus orígenes en el siglo X, en la región de Renania, Alemania. Está escrito con el alfabeto hebreo y se habla en la Argentina, donde se transformó en algo diferente y dio origen a algunas palabras que se mezclan. En castellano decimos palabras que son del idish o del árabe.

¡Y la exquisita gastronomía judía!

¡Así es! ¿Quién en la Argentina no se come un varenike, un knish o un humus con pan árabe? Me puedo sentar con Aníbal Bachir Bakir, presidente del Centro Islámico de la República Argentina y degustar el mismo humus que llegó de Siria. Lo como acá porque mi familia proviene de Rusia y Polonia, y de allá no es originario ese plato.

Seminario Rabínico Latinoamericano, un espacio de responsabilidad social con la formación de vida comunitaria judía y argentina

La semana pasada tuvimos una reunión muy agradable con un sacerdote ortodoxo ruso y su familia mantiene las mismas costumbres que la mía. Terminamos hablando del arenque marinado y del vodka. Hay mucho en el mundo del patrimonio intangible que hay que entender. Desde el punto de vista cultural argentino, no hay duda de que ya traspasó las fronteras. Estos platos están en el patrimonio culinario argentino

¿Qué actividades educativas realizan en el Seminario Rabínico?

Si tenemos en cuenta que en breve el seminario se transformará en universidad, un proyecto muy importante para desarrollarlo será el taller sobre el patrimonio y su relación con los derechos humanos como una tarea universitaria e intelectual, orientando nuestra misión a la realización de cursos impartidos a los empleados públicos que tengan que tomar decisiones al respecto.

¿Cuál es el patrimonio histórico que deslumbra a los turistas que visitan Israel?

Israel es un país muy pequeño. Se puede llegar con mucha rapidez a todos lados y disfrutar de un patrimonio histórico cultural rico y diverso. El mundo romano y griego antiguo, cristiano, judío, armenio y musulmán tiene monumentos declarados patrimonios de la humanidad por la UNESCO y, en Israel, se encuentra el Muro de los Lamentos, que establece el límite entre los barrios de las distintas comunidades religiosas y la Basílica de la Resurrección que alberga el sepulcro de Cristo, la mezquita de Al-Aqsa, entre otros.

¿Cuáles son las tareas que más disfruta hacer en el Seminario Rabínico?

Tenemos un equipo integrado por docentes, académicos e investigadores altamente profesionales donde cada uno hace su tarea. En cuanto a mí, comparto con Guillermo Heisinger y un grupo de personas la coordinación general que trabaja con las relaciones gubernamentales, la acción social y los derechos humanos. Todo es relevante y todo está conectado a través de una nueva vinculación con personas que suman. En este período, celebramos reuniones con Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación Argentina; con Susannah Henschel; Adolfo Pérez Esquivel, defensor de los Derechos Humanos; con la flamante presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, la licenciada Mónica Capano, con quien compartimos la idea de una gran apertura a todas las instituciones religiosas.

¿Qué palabra pondría en valor para dejar un mensaje convocante y movilizador?

Responsabilidad. Tan solo con sentir empáticamente no alcanza. Prefiero que quienes puedan donar plata para Cáritas y, de este modo, ayudar a quienes lo necesitan.

Patricia Ortiz 
Corrección: Beatriz Rodríguez
Crédito fotográfico: Caminos Culturales

Dejar un comentario