Secuelas… ¡que no se repita!

Secuelas… ¡que no se repita!

Una vieja casa. Una familia. Una historia. La convivencia, los límites, los miedos, el amor, la violencia y el silencio. Algo se desmorona entre esas paredes. Pero nadie se atreve a la verdad. Una familia como todas. ¿Cómo todas?

Entrevista a Nazareno Molina, escritor y director de la obra de teatro que nos deja un mensaje.

—¿Cómo nacen las secuelas de esta obra?

La historia está basada en un hecho real. Son temas que responden a problemáticas sociales importantes, pero además son atípicos: este es un caso de violencia familiar en el que el golpeado es el marido. Los principales códigos son la falta de comunicación, el pasado que se extiende al presente y que influye inexorablemente en la familia y así, la va empujando a la perdición.

—¿Cómo pensaste a una familia tan conflictiva?

El problema se va mostrando de a poco, con una intensidad firme y segura. Había un gran problema ¡pero nadie lo reconocía! Un hijo que no pregunta, que no habla; un padre que no comenta y se confiesa con la fotografía de su padre muerto; una madre que no puede detenerse.

Hoy se da en muchas familias, no hay conversaciones interesantes, las computadoras, los celulares han sustituido la palabra y la mirada.

Estas realidades me producen indignación, y por eso las desarrollo en mis obras.

—¿Cómo construiste el personaje de la “madre violenta”?

Desde el resentimiento que traía de su provincia. Ella siempre trabajó en su lugar natal: Formosa. El tiempo de la cosecha de algodón la esclavizó y por eso nunca terminó el secundario: se dedicó a la costura, se casó, tuvo un hijo y alimentó el odio por lo que no pudo realizar. Secuelas… tiene que ver con lo que nos deja; uno puede optar por elegir otro camino, pero aquí vemos cómo marca una familia enferma y cómo ella marcará a su hijo. A eso apunto, a lo que fomentamos en nuestros hijos, el alrededor.

—Hay escenas muy buenas y jugadas, ¡pero en un momento quise sacudir al marido, que parecía anestesiado!

¡Si, es cierto! Hubo muchos comentarios sobre el rol del marido, sobre el rol de padre. Estábamos frente a un hombre que buscaba poner un límite pero no podía. Me basé en el carácter de una persona conocida que no hace algo nuevo por miedo, que no rompe barreras por terror a cambiar algo. Lo vemos en los monólogos que le dedica a su padre muerto. Lo vemos cuando contiene los impulsos que no quiere sacar porque piensa que será trágico. Se quiebra y dice: “Papá, ¿qué me pasa que salen los malos pensamientos? Él cree que romper este círculo vicioso lo hace malo. La obra muestra cómo nadie quiebra el pacto de silencio, el diálogo ausente. Todos están contaminados de silencio.

—¡Hubiese deseado que reaccionara, que se defendiera en lugar de sonreír y sentirse culpable!

Nada de esto pasa: él es una sombra. El espectador piensa que el desenlace trágico viene por el lado de él, y Secuelas… vira hacia otro lado y advierte: es lo que dejamos a los que siguen. Nos ha traído satisfacciones y ha tenido gran convocatoria. Lleva a la reflexión e ingresa en otra temática, como lo es la de un hombre que no se anima a denunciar que es golpeado.

—¿Hace cuánto que desarrollas tu actividad?

Nací en Entre Ríos y actúo desde los 10 años: me dedico hace 14 a hacer teatro con este grupo. Estudié aquí, en el Colegio Superior de Educación, de Alejandra Boero. Estoy orgulloso de dirigir el Grupo Friwox; si bien es un elenco estable, voy cambiando a los actores en diversas obras.

—¿Qué parte de tu ser actor te sirve para dirigir?

El ser actor me sirve para ampliar mi instinto de protección al elenco, cuidarlo en ciertas escenas violentas, sé qué mostrar y qué no; el ser actor me preparó para elegir.

— ¿Cómo te separas del actor, del escritor y del director?

Cuando actúo, me avoco a las órdenes del director; y cuando soy director, me olvido que ese texto es mío. Valoro sobre todo la relación con el personaje y el actor que lo interpreta. No acostumbro a cambiar los finales, y cuando empiezo una obra, ya sé cómo termina.

—¿Hubo algún personaje que te haya costado más?

No. Son todos muy complejos y fueron creciendo con cada palabra.

—¿Estás escribiendo alguna otra obra?

Sí. Tengo otra en mente que hablará del maltrato de ancianos. En breve Repondremos: Mirar para otro lado, que alude a la discriminación de Las personas discapacitadas. Busco personajes oscuros, eso me gusta.

— ¿Cuál es el personaje más oscuro y que dejó más secuelas?

Para mí, indudablemente Amparo, la madre. Ella es la más oscura. Uno se pregunta: “¿Qué le pasa detrás de esa sonrisa? ¿Qué trae? ¿Qué oculta? ¿Qué vio en sus padres que no puede ignorar? ¿Con quién o en quién se reconoce?

—No se puede negar que tus personajes motivan. A mí me pareció que el hijo oculta una personalidad oscura y perversa.

Sí. En un diálogo, Amparo le echa en cara a su marido las miserias y fracasos de su vida… pero ¿qué hay de ella, que no se animaba a mirarse al espejo? El hijo no se detiene a ver a sus padres, es un zombi, descrito por su novia, una planta.

— ¿Qué es teatro independiente?

¡Teatro a pulmón! (dice Nazareno con un suspiro y una sonrisa). Todos los que participamos hacemos para llevar a cabo un proyecto, un mensaje. Me gusta mucho lo que hago, y lo disfruto. El calor de la gente y esta comunicación me enriquecen.

— ¿Qué es lo que quisiste que el público se llevara?

Como autor y director, quise que la gente se reflejara y viese a alguien de su familia en alguna situación similar. Pero no me quedo ahí; lo transformador radica en la escucha y la conversación: “¿Qué me está pasando, papá, mamá, hermano, amigo? Valorizar más a las personas y no a las máquinas.

Más del autor:

Nazareno Molina es director, actor y autor. Nació el 5 de agosto de 1976 en Larroque, Dpto. Gualeguychù de la provincia de Entre Ríos. «Madres…que esconden» es un drama que cuenta la historia de cinco mujeres unidas por un gran secreto y una gran frustración. Fue presentada en la 37ª Edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. También es de su autoría y está bajo su dirección.

Sitio Web: www.alternativateatral.com

Patricia Ortiz

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1 Comentario

  1. ilse - 13/06/2011

    vila obra, muy de los tiempos que vivimos, te deja un mensaje aleccionador, escucharnos más, no guardarse las frustraciones. me pareció muy acertada la musicalización como así tambien la dirección. los actores unos más sobresalientes que otros, pero en línea general,bien.
    me gusta que se puedan ver obras como estas donde la vida cotidiana va de la mano.
    Ilse

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