OSPAÑA y el tratamiento del Parkinson: señales de alerta temprana

OSPAÑA y el tratamiento del Parkinson: señales de alerta temprana

La enfermedad de Parkinson está relacionada con el daño o la muerte de las neuronas localizadas en un área cercana a la base del cerebro conocida como “sustancia negra”. A raíz de esto, el trastorno neurológico influye en la actividad cognitiva y en los movimientos del cuerpo, ya que el cerebro deja de producir la dopamina que se necesita para llevar a cabo estas tareas. La enfermedad suele manifestarse alrededor de los 60 años —aunque puede aparecer a una edad más temprana— y, en general, afecta en mayor proporción a los hombres.

Desde la dirección médica de OSPAÑA, a cargo de la doctora Susana Mazzarino, se brinda información al respecto y se recuerda la importancia de un diagnóstico temprano en una enfermedad de carácter progresivo como esta. “Conocer sus señales tempranas es indispensable para hacer una consulta con un especialista que podrá evaluar el grado de deterioro cognitivo y brindar un tratamiento adecuado que mejorará la calidad de vida del paciente”, explica Mazzarino.

Si bien los signos que anuncian el Parkinson no deben tomarse con preocupación por separado, sí es importante registrar las señales tempranas de la enfermedad. “Temblor en los dedos, manos, mentón, labios o piernas al intentar relajarlas y pérdida del olfato son indicadores que podemos tener en cuenta para anotar como inquietud en caso de entender que hay un cambio en la conducta que afecta la normalidad”, afirma Mazzarino. Otros signos de alerta pueden ser la forma y el tamaño de la letra —aspecto reducido y permanente—, dificultades para conciliar el sueño y movimientos nocturnos: moverse demasiado, patear o dar puñetazos mientras durante el sueño profundo.

El mal de Parkinson se hace más notorio al caminar o moverse. “La rigidez en el cuerpo, brazos o piernas al caminar, así como sentir que los pies se pegan al piso o dolor en cadera y hombros, son indicios para una consulta médica”, agrega la doctora. Asimismo, los cambios en la voz —pasa a un volumen más bajo o cierta ronquera en el tono— y un habla monótona debido a la falta de inflexión en la boca pueden ser señales que, combinadas con la falta de expresión facial —similar a un aspecto de máscara— y la falta de parpadeo, ameritan la opinión de un especialista.

Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández 
Crédito fotográfico: Buenos Aires Ciudad

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