OSPAÑA y el diagnóstico del cansancio y la fatiga

OSPAÑA y el diagnóstico del cansancio y la fatiga

Cuando estamos agotados físicamente, usamos como sinónimos: ‘cansancio’ y ‘fatiga’ aunque son términos que refieren a sensaciones distintas: el cansancio es la sensación de agotamiento físico o mental que generalmente se experimenta después de un esfuerzo físico o mental intenso. Se considera que es una respuesta normal del cuerpo y se puede aliviar con descanso adecuado y sueño reparador.

Por otra parte, la fatiga es la sensación persistente de falta de energía, agotamiento y debilidad corporal que no mejora ni desaparece con el descanso y puede afectar el cuerpo y la mente, interfiriendo con la capacidad de resolución y de energía al realizar las actividades en lo cotidiano.

Es en invierno cuando muchas personas experimentan una sensación de fatiga y cansancio constante y esto sucede por dos motivos; por un lado, porque los días son más cortos y, en consecuencia, es menor la exposición a la luz solar, afectando el nivel de energía de las personas.

Desde su centro médico, OSPAÑA informa que existen síntomas y medidas de alerta a tener en cuenta si se los experimenta en forma persistente o si no se mejora con un descanso adecuado. Entre los síntomas, se menciona la dificultad para realizar tareas cotidianas debido a la falta de energía, sensación de debilidad generalizada en el cuerpo, pérdida de apetito o cambios en el peso sin motivo aparente, dificultades de concentración y memoria, dolores musculares y cambios en el estado de ánimo.

El buen diagnóstico es indispensable para descartar posibles condiciones subyacentes, tales como anemia, problemas hormonales, trastornos del sueño, enfermedades crónicas u otras afecciones que podrían estar contribuyendo a la fatiga persistente.

Para combatir la fatiga es necesario poner en práctica algunas estrategias que favorezcan a gozar de un estado de ánimo positivo, tales como una alimentación saludable, mantener una dieta equilibrada y nutritiva incluyendo alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas sin grasa (huevo, carnes magras, pollo, pescado, lácteos descremados). Es importante evitar los alimentos procesados y ricos en azúcares, ya que pueden provocar fluctuaciones en los niveles de energía y sumar una buena hidratación.

En cuanto al movimiento del cuerpo, este se beneficia con el ejercicio regular que, a pesar del clima frío, ayudará a mantener rutina de actividad física para aumentar la producción de endorfinas, hormonas que promueven la sensación de bienestar y energía: caminar, nadar en una piscina cubierta, bailar o practicar ejercicios en casa son actividades que favorecen el contacto con uno mismo.

Por último, el descanso es fundamental para combatir la fatiga y mantener una rutina de sueño regular en un espacio tranquilo y a temperatura adecuada.

Patricia Ortiz 
Corrección: Ricardo de Titto 
Crédito fotográfico: Freepik.com

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