La película dirigida por Tom Hooper consigue, de la mano de Russel Crowe, Anne Hathaway y Hugh Jackman, acercar al cine un género mayormente ajeno a él. Uno de los mayores desafíos con los que se encuentra un director que tiene la intención de hacer una película musical es la de trabajar con buenos actores y cantantes. No es sencillo convocar a artistas que hagan muy bien ambas cosas. En “Los Miserables” se ha logrado. No sólo hay buenos representantes desde el punto vocal y actoral, hay actores consagrados que, para sorpresa de muchos, cantan maravillosamente.
“Los Miserables” no es una película para todo tipo de público. Debe entenderse que es un musical. El espectador debe apartar el escepticismo que crea de que “absolutamente todo” se diga cantando y, por ende, en verso, lo que obliga al uso de palabras y construcciones que no son habituales. También hay que tener en cuenta que, al ubicarse en el siglo XVIII, las actitudes de los personajes son distintas a las del presente. “La película tiene varios aspectos que la caracterizarían como un film de época. El desarrollo de la historia puede hacerse lento ya que su duración es de las más largas de los últimos años, pero recién cuando comienza la acción uno se da cuenta que lo que pasó no era tan entretenido. Esta extensión se debe a que el director es fiel al libreto original y elige hacer una película, nada comercial.
Desde el punto de vista del musical y del libreto de una obra maestra como “Los Miserables”, podemos decir que es raro encontrar este tipo de piezas en el cine, cuando pertenecen más al ámbito teatral. Tom Hooper (director de “El Discurso del Rey”) tenía un gran reto; en primer lugar encontró la manera de reunir un excelente reparto actoral y un excelente reparto vocal. También supo explotar las posibilidades que da el cine que no otorga el teatro y aprovechó todas las imágenes que pudo crear. Además combinó efectos especiales en su medida justa, sin abusar de ellos, pero tampoco rescindiéndolos. Luego, de la mano de su creatividad y de la de sus colaboradores, que ambientaron con perfecto acierto la Francia de fines del 1700, logró armar una muy buena película, que permite acercar géneros ajenos al cine a la pantalla grande. Se puede, y Hooper lo demostró con una muy buena producción.
Tal es el caso de Anne Hathaway, protagonista de “El Diario de La Princesa”, película que la catapultó a la fama. La joven ya había sido nominada al Oscar por mejor actriz en 2008 por su papel en “El Casamiento de Raquel”.
Fontine, es el papel que ella encarna en “Los Miserables”. Es una empleada de una fábrica que, luego de ser echada, tiene que prostituirse para pagarle a los Thenardiers (Helena Bonham Carter y Sacha Baron), que son quienes que cuidan de su hija Cosette.
Fontine muere joven y, antes de partir, le encarga a Jean Valjean (Hugh Jackman) que cuide de Cosette. El tiempo en el que participa Hathaway de la película es menor de un tercio de la misma. Sin embargo, es tan magnífica su labor que le valió el Oscar a mejor actriz de reparto.
Hugh Jackman, protagonista de “Van Helsing” e intérprete de Wolverine en la saga “X-Men”, es también protagonista en “Los Miserables”. Es un preso que consigue la libertad condicional pero decide quebrarla e iniciar una nueva vida basada en la honestidad. Años después, con otra identidad y ya alcalde de una pequeña ciudad francesa, conoce a Fontine y cumple su pedido, entablando así una relación paternal con su hija.
Russel Crowe es otro de los consagrados que sorprende por su nivel vocal. El protagonista de “Gladiador”, “Robin Hood” y “Una mente brillante”, entre otras, encarna al inspector Javert, un hombre de ley, que tiene al derecho por encima de todo y persigue a Valjean cuando el recluso rompe la libertad condicional. Crowe es conocido por su nivel actoral y lo que más atrapa de él en el film, es su voz. Si bien está un escalón por debajo del resto pocos esperaban encontrar a un buen cantante detrás de la figura hosca y valiente del “Gladiador”.
Quien ya tenía experiencia en el asunto de los musicales es Amanda Seyfried, que actuó en “Mamma Mía!” en 2008. Ella es Cosette en su versión joven-adulta. Son conocidas sus dotes, tanto en la actuación como en el canto, y no decepcionó. En la historia, mantiene un romance con Marius (Eddie Redmayne), que es uno de los estudiantes que planean la revolución.
Las voces de los pequeños de la película, maravillan y conmueven. Daniel Huttlestone, es Gavroche, un niño que se une a los revolucionarios con sólo 13 años tiene una voz impecable. Además, su personaje, es de los más queribles y admirables. Natalya Wallace interpreta a Cosette cuando es una nena y es fascinante su participación. Cabe destacar también las muy buenas apariciones de Samantha Barks (Éponine) y de Helena Bonham Carter, otra de las sorpresas vocales que ya tiene una gran carrera como actriz.
Mariano Perusso