“La Casa del Polinario” rinde homenaje a músicos españoles en el Teatro Avenida

“La Casa del Polinario” rinde homenaje a músicos españoles en el Teatro Avenida

Este concierto está inspirado en la casa del Polinario, mote de Antonio Barrios, un amante de toda manifestación artística y bisabuelo de Pablo Barrios Almazor, actual cónsul General de España en la Argentina. La idea es, con espíritu andaluz, rendirle homenaje a tres grandes músicos: Ángel Barrios, hijo del Polinario y gran músico granadino, y a dos de sus mejores amigos, Isaac Albéniz y Manuel de Falla.

Angelita Barrios, la encargada de custodiar el legado de Ángel Barrios, asistirá al Concierto “La Casa del Polinario” a beneficio de la Federación de Sociedades Españoles, para la Asociación Patriótica y Cultural Española, en el que actuarán artistas de primera línea, y tendrá protagonismo en el mismo a través de sus recuerdos y anécdotas familiares, que comentará con Josefina Delgado, Jefa de Gabinete del Ministerio de Cultura del G.C.A.B.A.

La Granada de fines del XIX se convirtió en centro de atracción para viajeros románticos en busca del sueño de la Alhambra. Allí nació Ángel Barrios, en el seno de una familia peculiar. Su padre, el carismático “Polinario” estaba al frente de su casa y lugar de reposo en la calle Real de la Alhambra, entre tapias encaladas, árboles y madreselvas, villas y pequeñas pensiones para turistas, algunos de ellos tan integrados, que eran parte del paisaje.

En aquella Granada de entre siglos, la Casa del Polinario se convirtió en el más universal de los círculos culturales granadinos.

Angel Barrios nació en Granada en 1882 y, antes de cumplir los veinte años se adentró en el camino de la composición musical. En ese tiempo abundaban las tertulias, habituales en aquella Granada, y con todas ellas competía la Tertulia del Polinario a la que acudían los artistas, viajeros cultos y toda una generación de paisajistas además de los ya asiduos y cercanos amigos como Palmer, John Singer Sargent, Santiago Rusiñol, Joaquín Sorolla, López Mezquita, Rodríguez Acosta, Joaquín Mir, que dejaban allí sus obras y caballetes entre estancias y a veces durante años.

A pesar de su exitoso periplo por Europa, Ángel Barrios no podía olvidar su ‘rincón’ alhambreño de la calle Real. En una carta a su padre, fechada en Londres en 1908, Ángel aseguraba: «no cambio ese rincón por todas las grandezas del mundo».

Fue la música española la que lo atrapó definitivamente, la de los grandes maestros: Albéniz, Bretón, Falla, Turina… Y decidió darla a conocer por el mundo. Nació así el Trío Iberia, convertido más tarde en cuarteto, que anduvo en giras de enorme éxito por Francia, por Inglaterra, por Italia.

Los del Polinario alojaron en su momento a Manuel de Falla, le buscaron casa y fueron quienes hicieron todas las gestiones para que el compositor gaditano se pudiera instalar en Granada. Con el tiempo se cimentó una gran amistad y Falla apadrinó a Angelita.

En resumen, Ángel Barrios fue quien llevó lo popular, la música tradicional española al resto de Europa.

Tras la guerra civil, Barrios se marchó a Madrid, pero dejó escrito que su legado regresara a la Alhambra. Murió el 26 de noviembre de 1964, dejando el recuerdo de un hombre honesto y de un artista enamorado de su tierra.

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