Entrevista a Don Julio Olmos, consejero de Trabajo e Inmigración de la Embajada de España – Parte I

Entrevista a Don Julio Olmos, consejero de Trabajo e Inmigración de la Embajada de España – Parte I

España mantiene un compromiso con las políticas sociales que benefician al colectivo español residente en la Argentina. Desde la Consejería de Trabajo e Inmigración se impulsan programas destinados a la prestación, la pensión asistencial y la cobertura sanitaria. Otra apuesta fundamental es la de brindar a los jóvenes las herramientas y competencias que les permiten la participación, formación e inserción laboral.

—¿Qué es la Consejería de Trabajo e Inmigración en Argentina?

—Es una dependencia de la Embajada de España en Buenos Aires y tiene las competencias del Ministerio de Trabajo e Inmigración en el exterior: los funcionarios que trabajamos aquí desarrollamos tareas de seguridad social, otorgamiento de becas educativas, pensiones asistenciales, pensiones no contributivas, convenios sanitarios, viajes promovidos por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) y otros programas de carácter social y asociativo que vienen a apoyar a los centros españoles en Argentina.

—¿Qué programas ha llevado a cabo desde la Consejería Laboral que se destaquen en el año?

—Destacaría aquellos que se desarrollaron en el ámbito social. Si bien la fuerte crisis económica de España ha obligado a realizar recortes presupuestarios, se ha mantenido el compromiso del país con sus políticas sociales. Por ejemplo, el programa de mantenimiento de pensiones asistenciales y de viajes de IMSERSO permitió que a partir de marzo más de 200 españoles cuyo promedio de edad es de 65 años viajaran al país: lo hicieron para conocer una España que dejaron atrás hace mucho tiempo y que desconocían. Otro tema interesante es el Proyecto Alzheimer de la Fundación España, o el de Demencia para adultos, que se encuentra dentro del ámbito del programa de Mayores y Dependientes. El de Atención Domiciliaria brinda a 80 españoles la posibilidad de tener auxiliares en su domicilio, los cuales realizan tareas en la semana. El Programa de Dependencia con la Cruz Roja permite que más de 600 españoles en Argentina tengan servicio de teleasistencia, un sistema de prevención y ayuda en el hogar, dirigido a especialmente a personas mayores que pasan mucho tiempo solas y pueden requerir atención las 24 horas del día los 365 días del año dentro de su propio hogar. Hoy, Argentina atraviesa por un período de fuerte expansión económica y está creciendo; por lo tanto, nuestra aportación viene desde el lugar de la complementaridad: no venimos a sustituir programas que presta Argentina, sino a apoyarlos.

—¿Cuáles son los programas que necesitan más apoyo?

—El programa que complementamos dentro del sistema social argentino fue el de pensiones asistenciales. Tenemos en Argentina 22.000 beneficiarios de la pensión asistencial a quienes se les garantiza una renta mínima en el caso en el que no tengan cobertura sanitaria por algunas de las vías del sistema socio sanitario argentino o Pami. El convenio que tenemos con siete obras sociales permite que 3000 españoles disfruten de un sistema adicional de cobertura sanitaria. Por lo tanto, estos dos ejes de prestación, la pensión asistencial y la cobertura sanitaria, han sido los aspectos más destacados de nuestro trabajo.

—¿De qué manera los residentes de las provincias argentinas se comunican con las oficinas de la Consejería?

—Una estructura descentralizada posibilita que, además de Buenos Aires, el residente español cuente con cuatro secciones en Bahía Blanca, Córdoba, Mendoza y Rosario, con funcionarios designados allí que ejercen trabajo de asesoramiento y tramitación. El sistema de Infobus está compuesto por tres autobuses que recorren el país a lo largo y a lo ancho, haciendo más de 180.000 km anuales: está equipado con oficinas donde se recaba información sobre los servicios a los que los españoles residentes pueden acceder. Es durante la época de la Fe De Vida, que terminó este año, el 30 de noviembre, donde muchos ciudadanos alejados de las secciones que tenemos en el interior pueden quedarse en su municipio o en su pueblo un día determinado luego de haber sido citados por nosotros para que realicen los tramites de actualización y así continuar con los beneficios dispuestos para ellos.

—¿Hay algún programa que se esté llevando a cabo en España y que a usted le gustaría incorporar a Argentina?

—Creo que a partir de la aprobación de 2006 por unanimidad en el Parlamento español del ll Estatuto de la ciudadanía española en el exterior, la aplicación de la Ley de la Dependencia en el Exterior ha sido uno de los elementos más innovadores. Esta ley permite que, al día de hoy, se estén atendiendo más de un millón de personas que tienen diferentes grados de discapacidad en España. Muy pronto se incorporarán más de medio millón de ciudadanos a esta cuarta pata del estado de bienestar. Estas pensiones, junto con las de la sanidad y la educación universal para todo el mundo, han sido uno de los temas más destacados en 2009, 2010 y 2011; por lo tanto, creo que la atención domiciliaria, la teleasistencia, el apoyo a los centros de mayores y geriátricos son los elementos clave a los que apuntamos en los próximos 15 años. Hoy tenemos una población de españoles en Argentina muy envejecida que deberá contar con una atención detallada que le ofrezca opciones que resuelvan estados de salud deteriorados o patologías específicas. Sin dudas, la atención a la dependencia que estamos dando en el exterior son, por consiguiente, los programas que se están implantando muy bien en España y también en Argentina. Nos resta continuar en esta línea.

—¿Qué programas proponen para la recreación de los ciudadanos españoles?

Los viajes del IMSERSO, con más de 5000 plazas, son viajes que vienen encaminados desde el punto de vista lúdico, cultural, de la salud o del reencuentro con los familiares. Muchos se encuentran recuperando la historia e imagen de una España que dejaron y que hoy no es tal: guardaban en sus memorias barrios, calles y pueblos que han cambiado. Con estos talleres, los preparamos para que se conecten con la España moderna, tanto para visitarla como para iniciar el retorno. En el ámbito de los centros o de las instituciones, el Programa de Alzheimer realiza actividades musicales.

—¿Cuáles son los programas que atraen a los jóvenes españoles?

—Desde el 2007, se ha hecho una apuesta decidida dentro del ámbito de su autonomía. Damos a los jóvenes las herramientas y competencias bajo nuestra guía, pero ellos participan constantemente. Este año se celebró el 6to. Congreso de Jóvenes en Tucumán y fueron muchas las propuestas planteadas; empleo y formación se destacaron, entre otras. Esto hace que ya nos planteemos el enfoque que les damos a nuestro programa con la plataforma creada por el Ministerio de Trabajo en el Exterior a través de CEXT, el Portal de los Jóvenes Españoles, que utilizan como herramienta de comunicación. Hace poco mantuvimos un chat digital con los jóvenes españoles en Argentina, que respondieron en un 80% su deseo de trabajar y formarse. Sumamos estas inquietudes a la información que tenemos y nos orientamos para seguir la línea de apoyo de trabajo en la Argentina. Hace unos años estaban planteados los programas para trabajar en España o retornar; hoy quieren formarse en ambos países. Muchos aspiran a completar sus estudios superiores o participar de los programas de becas en el exterior; de esta forma, la suma de los programas educativos argentino y español los enriquece. Tengamos en cuenta que son jóvenes de segunda o tercera generación ciento por ciento argentinos, y ciento por ciento españoles. Ellos no son quienes vinieron de España y sufrieron desarraigo; ¡quieren trabajar aquí porque nacieron aquí!

—¿Cómo se trabaja en un tema tan importante como lo es la inserción laboral?

—Hemos perseverado en la línea de acompañar la formación con prácticas laborales y mecanismos de inserción en empresas. Ha sido fundamental para llegar a testear en una primera instancia los ámbitos en los cuales podrían incorporarse. En la Fundación España están representadas las instituciones de la colectividad española en Argentina a través de los consejeros del CRE (Consejo de Residentes Españoles) de nuestras empresas y de funcionarios de la embajada.

—¿Dónde se reúnen la oferta y la demanda de trabajo?

—Hemos decidido la creación de un observatorio del empleo que permite concentrar, reunir y canalizar en un único portal en un único mecanismo, organismo e institución, la oferta de empleo que planteen las empresas que serán respondidas por las demandas de los jóvenes. Cuando crucemos la información a través del programa informático y la base de datos, obtendremos una bolsa de jóvenes que quieren formar parte del mundo laboral. Este espacio estará listo en unos meses y será una herramienta clave en el futuro, ya que tendrá carácter estructural, permanente, con independencia absoluta de que tengamos mejor o peor ciclo económico en Argentina. Será clave para saber adónde dirigimos nuestro esfuerzo en mejorar su cualificación, encontrar un mejor empleo o pasar de un sistema económico informal a un empleo regulado y con seguridad social.

—¿Qué carreras eligen los jóvenes?

—Las que responden en cierto modo al modelo español que se produjo en la época del nacimiento económico: eligen profesiones liberales tales como Economía, Abogacía, Contaduría. Hay pocos que se inclinan por las del ámbito de servicio o las tradicionales, que incluyen a electricistas, fontaneros o técnicos. Vemos que no están utilizando lo que sería la capacitación dentro del sistema de formación profesional argentino. Es nuestra tarea ver en qué medida impulsamos la ayuda para que se conecten con este sistema, y canalizarlo. Nuestra consigna es la de complementar los programas e iniciativas de sistema argentino y no sustituirlo.

—¡Se trata de sumar siempre!

—Sí. No debemos olvidar que los ciclos en los cuales nos movemos en cuestión de inmigraciones son distintos. Hubo un momento en el que la creación de las Consejerías, en los años 60, respondía a una política de choque; existía una necesidad específica de apoyo para los que salieron del país y no pudieron cotizar en la seguridad social de los españoles en Argentina, Brasil, México o Uruguay; hubo que aplicar ese sistema en Argentina a finales de los 80 para obtener esa capacidad de contención social. Hoy en día es diferente: sólo el 20 o 25% de los españoles que residen en Argentina son nacidos en España y, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es adaptarnos a las circunstancias contando con su opinión.

—¿Qué actividades se realizan en la Fundación España?

La Fundación España se constituye en los años 90 como instrumento al servicio de la administración española para canalizar, en primer lugar, los vínculos entre España y Argentina: nos referimos a los lazos históricos, culturales, científicos, económicos y comerciales que tanto nos han caracterizado a lo largo de la historia, y con el fin de asistir las distintas carencias de los españoles residentes en Argentina, como tutelar y salvaguardar las instituciones vinculadas a la colectividad española, destinando todos sus esfuerzos económicos y las distintas actividades que desarrolla en el cumplimiento de sus objetivos. En primer lugar, trabaja con nuestros españoles aquí y desarrolla una política social que necesita de la participación de un tercer sector. Hay temas que la administración no puede realizar ni definir, y por este motivo necesita de la participación de instituciones, de agentes y del apoyo a nuestros centros e instituciones en Buenos Aires: el patrimonio histórico artístico es una herencia inmensa que ni siquiera nosotros, desde la administración, conocemos. No debemos olvidar que son más de 500 centros e instituciones españolas en Argentina, repartidas en un territorio enorme al que la administración no puede llegar porque no dispone de los elementos suficientes para dar respuesta a sus necesidades.

—¿Cuáles son las apuestas de la Fundación?

—La Fundación España, como dije anteriormente, está trabajando en la creación del Observatorio de empleo y en la constitución de una escuela de voluntariado que sea la que impulse la cooperación de los jóvenes de alguna manera con España; queremos que sea un puesto social, cultural o científico, o un voluntariado deportivo. En Europa y en América Latina, se desarrollan nuevas tendencias en el ámbito del voluntariado que superan lo que era la conocida tarea de naturaleza caritativa o vinculada a las necesidades socioeconómicas. En la actualidad, queremos añadir otros valores: compañerismo, mutuo apoyo, apuesta por los derechos humanos que tanto caracterizan a España y a muchas de las empresas que, a través del la responsabilidad social corporativa, vienen trabajando. Nuestra ambición es que los jóvenes se impliquen de la mano de la administración argentina trabajando con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para crear esta institución que permita sumar a jóvenes españoles y argentinos en el futuro.

—¿De qué manera apoya la Consejería de Trabajo la problemática de la violencia contra la mujer?

—Lo hace dentro del Programa Mujeres, que convoca todos los años el Ministerio de Trabajo e Inmigración en el exterior, en una doble perspectiva. El primero es en el ámbito de la no discriminación en lo laboral, en el de la formación como impulso desde la perspectiva de carácter emprendedor que llevó a muchas mujeres a realizar cursos en Argentina como “Business woman” y otros de nivel directivo y técnico. De esta manera, muchas mujeres tienen un apoyo inicial en lo que es la definición del proyecto: las acompañamos desde la perspectiva financiera, aunque en la Argentina existen mecanismos que les ofrecen apoyo inicial para que, una vez definido el proyecto o el plan estratégico de implantación de un determinado servicio o negocio, puedan ejecutarlo. La formación es esencial para tener la presencia de la mujer y la integración desde el punto de vista laboral. El segundo es el de la no discriminación. El “no a la violencia de género” es una política clara que desarrolla España. Argentina también da pasos en la misma dirección, aunque es un problema mundial en el que no sólo hay que tener en cuenta el punto de vista de la capacidad punible contra quien actúa de esa manera y transgrede las normas de la decencia de cualquier persona, sino que hay que actuar también desde la esfera cultural, desde la educación, la prevención para establecer, en distintos niveles y ámbitos de la vida, que no se puede tener tolerancia contra estos tipos de violencia. No tienen gracia los chistes y las bromas que escuchamos en el ámbito personal o familiar o los anuncios que utilizan los estereotipos de la mujer como mecanismos para conseguir aumentar las ventas. Hay muchos tipos de violencia y estamos acostumbrados a transitar con ella y nos limitamos a criticar o denunciar sólo la física: el problema es mucho más complejo. Este año, hemos planteado jornadas de violencia y prevención en los medios de comunicación; hace unos meses, en el Club Español y a fines de noviembre, las V Jornadas de Violencia Familiar e Igualdad de Género 2011, junto con la Federación de Sociedades Españolas de Argentina. En el ámbito del sistema sanitario, establecimos un protocolo: en Córdoba, con la Asociación de Mujer, Paz y Desarrollo, que ha permitido establecer los pasos que se deben seguir en casos de violencia accediendo por las urgencias de un hospital o clínica. Hemos trabajado en el ámbito social, familiar, para conseguir que se conozcan los mecanismos que existen en Argentina para denunciar: la violencia nos complica y es un aspecto en el cual nuestro trabajo no se verá en el corto plazo, pero sí en un futuro. Pensamos que no es correcto limitar el éxito o fracaso de una ley a la cantidad de víctimas o a la estadística o número de casos mortales; la capacidad que tienen las leyes de transformar la sociedad no se mide en números anuales, sino que tenemos que pensar en un cambio cultural de diez o más, y ahí veremos los resultados.

—¿Qué opina del desempeño de la mujer en puestos de liderazgo?

—Argentina es uno de los países que, con la Ley de Cupos, ha empezado a trabajar en esa línea: En España, cuando en 2007 se aprobó la Ley de Igualdad Efectiva entre hombres y mujeres, vimos que esos cupos establecidos o playas de empleos obligatorios en empresas de más de 250 trabajadores significaban tener que establecer cuotificaciones en los puestos desarrollados por los géneros para empezar a conocer un poco la situación interna de las empresas que estaban funcionando bien. En aquellos momentos, sólo un 2 o 3 % de las mujeres españolas accedían a los puestos en consejos directivos, de la misma manera en que eran más las mujeres que se recibían en las universidades españolas: algo no funcionaba bien.

—¿De qué manera se mejoró el bajo porcentaje?

—Hoy estamos en un 10%. Hemos conseguido que las principales empresas que cotizan en la bolsa española, el Ibex 35, hayan aumentado la presencia en los consejos directivos. En la actualidad, llegan a la cantidad de dos mujeres en estos cargos. En el ámbito de la función pública, los pasos que se han dado con la incorporación de la mujer quizá son mucho más objetivos, porque nunca en esta administración se les va a preguntar si una mujer tiene previsto tener hijos. A esta pregunta (volviendo al tema de la violencia) la hemos consentido y tolerado en las entrevistas y no tiene nada que ver con la cualificación ni la capacitación y la incorporación en una empresa. Se valora a todos por igual, y la mujer se ha incorporado con muy buen desempeño: hoy en día, son más las mujeres funcionarias que los funcionarios en la Administración Pública.

Por otra parte, hay más mujeres que acreditan sus licenciaturas, sus diplomaturas, y sin embargo, las catedráticas no superan a sus pares masculinos. Analizamos esta información, y con los instrumentos que pone en sus manos a través de la Secretaria de Estado de Igualdad del Ministerio de Sanidad español, se estipulan cuáles son los caminos que van a reducir los elementos que no sólo desde el punto de vista de la justicia hay que eliminar, sino de la exigencia económica. No podemos tener a más del 50% de la población española que precisamente está mejor formada y capacitada al margen de los puestos donde se toman las decisiones: no es razonable desde el punto de vista económico. Esta ineficiencia se está viendo en España y la estamos revirtiendo.

Con los permisos de paternidad, se logró que los padres varones pudieran solicitar un permiso de trece días para acompañar y desarrollar su trabajo al mismo tiempo en casa y hacer las tareas que le corresponden. Ha habido más de 200.000 padres que han solicitado la licencia. Vamos en buena dirección y, culturalmente, necesitamos tiempo para ver los resultados.

Más información: www.ciudadaniaexterior.mtin.es

Patricia Ortiz

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