El Yoga mantiene una columna vertebral flexible y estable a través de las posturas o asanas

El Yoga mantiene una columna vertebral flexible y estable a través de las posturas o asanas

La columna es nuestro sostén y centro de movimiento. Está formada por 33 huesos, llamados vértebras, apiladas una encima de la otra y rodeadas por grandes y pequeños músculos espinales. Entre los cuerpos vertebrales se hallan los discos intervertebrales que amortiguan y absorben peso y fuerzas a cada paso, protegiendo el cerebro, la médula espinal y los nervios. Son los discos de la columna y son una maravilla. Se llenan con un líquido gelatinoso y se mantienen en posición por unos ligamentos fuertes que están unidos a los huesos.

Aníbal Scharovsky, kinesiólogo y osteópata dirige el Profesorado de Maas Yoga y es un apasionado de la columna vertebral. “La columna es un milagro absolutamente irreproducible por el hombre. La complejidad de su concepción y sobre todo de su funcionamiento debería asombrarnos cada vez que la estudiamos. Y si nos dejó de maravillar, es que estamos distraídos. La columna tiene que poder congeniar tres funciones aparentemente contradictorias:

·         Ser estable y sólida.

·         Mantenerse flexible y dinámica.

·         Proteger a la médula.

Todo al mismo tiempo. Y poder hacerlo sin perder ninguna de sus cualidades o privilegiar una sobre otra. Nuestra columna debe poder flexionarse cuando nos agachamos al levantar un chico, ser firme para poder sostenernos en esa posición con él en brazos y en medio de esas flexiones y torsiones garantizar que los miles de “cables pelados” de nuestros nervios no se comprimen o estiren de más en ninguna parte. Un milagro que no ha podido ser reproducido por el ser humano”.

Los discos son los que le dan flexibilidad a la columna. Se componen de un núcleo gelatinoso recubierto por una estructura fibrosa y representan hasta el 25% de la altura de la columna. Cuando los discos sufren el daño se inicia en la estructura fibrosa alrededor que deja de contener a su núcleo gelatinoso, la sustancia que está en el centro del disco. Esta migra al exterior y allí surge lo que se denomina Hernia discal.

Hasta que esta ruptura del disco no llega al borde o comprime al nervio, la persona no siente dolor y este proceso pasa totalmente inadvertido, pero las dificultades comienzan cuando se comprime el nervio, sintiendo dolores al realizar movimientos simples como sentarse, estar derecho, inclinarse. Los nervios de la columna lumbar recorren la pierna y pueden hacer que el dolor se irradie a lo largo del trayecto del pueden hacer sentir el dolor en la columna o en zonas muy alejadas como los glúteos y la pierna.

Yoga ¿Amigo o enemigo? 

                “Cuando los pacientes empiezan a recorrer consultorios de especialistas con sus estudios y sus dolores a cuestas surge el tema del Yoga. El sedentarismo o el mal entrenamiento salen a la superficie y la pregunta es: ¿el Yoga me va a ayudar o me puede perjudicar?

Y aquí todavía existe un debate en el mundo médico. En este debate pueden surgir dos problemas producto de la ignorancia: el médico que desconoce el Yoga, nunca practicó y solo tiene prejuicios o miedos. Y el del profesor que no está bien formado y aborda a un alumno con una patología sin tener la formación suficiente.”

                “Por ello es muy importante que existan formaciones y profesores especializados en Yogaterapia o Yoga terapéutico. Y que sean formados por especialistas que traigan información de otras especialidades para ampliar la mirada tradicional del Yoga”

                “La idea no es reemplazar la rehabilitación tradicional pero si enriquecerla y complementar con un enfoque más activo que le permita a esa persona incorporar hábitos saludables que lo saquen del mal estado previo a lesionarse y le permitan conocer su cuerpo y transformarlo antes de la próxima crisis. Por ello es que el  Yoga y  las hernias de disco, en manos de profesionales expertos pueden ser grandes amigos”, nos cuenta Aníbal Scharovsky.

“Los principales enemigos de la columna vertebral son el sedentarismo, los acortamientos musculares, la debilidad abdominal y el estrés. El Yoga se ocupa de todos ellos trayendo placer y aumentando la salud y resiliencia general de quienes lo practican!”

 Asanas que alivian:

Las posturas ayudan a alinear la espalda, estiran la musculatura posterior y  tonifican los músculos del abdomen y la espalda.

Si bien estas posturas: Adho mukha svanasana (perro mirando abajo), Balasana (postura del niño) o Ardha Uttanasana (media mesa) son generalmente benéficas; es importante aclarar que todas estas deben ser evaluadas por un docente bien formado en Yogaterapia ya que todas pueden tener consecuencias positivas o negativas, teniendo en cuenta quién las haga, en qué momento de su afección, con qué intensidad y por cuánto tiempo.  En caso de fuerte dolor agudo es conveniente no realizar posturas sin supervisión de un profesional competente.

Valeria Calvar 

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