El Tercer Encuentro Regional de la Nueva Música Folclórica se realizó en Mendoza

El Tercer Encuentro Regional de la Nueva Música Folclórica se realizó en Mendoza

Generación XXI es un programa creado por la Secretaría de Cultura de la Nación junto con el gobierno de Mendoza y la Universidad de Cuyo, los cuales se sumaron para incentivar a los nuevos valores y a las nuevas figuras que han aparecido en estos años vinculados con la música folclórica argentina.

Entrevista al Maestro José Luis Castiñeira de Dios, Director Nacional de las Artes, coordinador de uno de los más importantes eventos del año en materia de música folklórica organizado y creado por Generación XXI, a cargo de José Ceña.

—¿Qué es el Tercer Encuentro Regional de la Nueva Música Folclórica?

—Es una serie de encuentros que realizamos en las distintas regiones argentinas promovidos por la Secretaría de Cultura de la Nación. Están organizados por la Dirección General de Arte, con el fin de incentivar a los nuevos valores y a las nuevas figuras que han aparecido en estos años vinculados con la música folclórica argentina. Estos artistas pertenecen a una generación muy reciente; por eso la llamamos Generación XXI, ya que comparte una serie de posiciones frente a la vida artística y al desarrollo de la música de proyección folclórica. Si bien no es un movimiento, sus miembros se reconocen entre sí porque comparten un arte, una estética; buscan la evolución de un lenguaje que parte de la música tradicional argentina y llega a un lugar contemporáneo.

—¿Qué diferencia existe entre el lenguaje tradicional y el contemporáneo?

—Tiene que ver con la inserción de esta música y con la coexistencia de dichas expresiones regionales con otras del mundo. De esta manera, las influencias se han corporizado en la creación y en la manera de concebir esta vuelta a la tradición pero a través de una nueva mirada, una nueva visión. Buena parte de esta Generación XXI son músicos formados; antes eran más tradicionalistas, ya que siempre citaban la raigambre como una especie de garantía de calidad. Desarrollan otras visiones de la música del mundo y de su época hasta enriquecerla.

—¿Qué diferencia hay entre la música argentina del Norte y la de Cuyo?

—El Tercer Encuentro Regional se realizó este año en Cuyo porque esta zona abriga una historia y una personalidad musical muy particular. Es una de las primeras expresiones nacionales que se destacó por su gran trascendencia nacional. Hace años, la figura más popular del movimiento fue Antonio Tormo, aunque el mismo Carlos Gardel grabó canciones del repertorio cuyano que muy tempranamente pasó a convertirse en repertorio nacional. Si nos referimos a la música del Noroeste, ésta llega un poco más tarde a la radio; fundamentalmente a Buenos Aires, donde comienza a difundirse a partir de los años 40. En la época que adquiere mayor importancia es cuando buena parte de la población del Noroeste se traslada a las grandes ciudades; ese fenómeno sociológico acompaña a esta migración con sus expresiones musicales, sus danzas, sus costumbres, sus fiestas; es así como arman una red de peñas y lugares de encuentro. Para entonces, todos esos artistas terminan por ocupar un gran espacio en la difusión y en la memoria popular a través de los medios de comunicación.

—¿Qué repercusiones han tenido los dos encuentros regionales anteriores en la provincia?

—Un encuentro tuvo lugar en Gral. Roca, Río Negro; el siguiente fue en el Chaco, en Resistencia; este año fue Cuyo y el próximo iremos al Noroeste, a Tucumán. Siempre encontramos gran participación y una voluntad por discutir y definir los límites de estas nuevas expresiones con respecto a las músicas tradicionales; es un tema y una problemática que a los artistas les importa mucho, y entiendo que al público en parte también. Detectar la cantidad de nuevas vocaciones y nuevas expresiones que existen en cada una de las provincias es un objetivo que nos involucra: en el caso de la Patagonia, esta semilla se está abriendo; en el Nordeste tiene muchísima fuerza porque, además, la música popular tradicional característica o la música propia de la región, en especial el Chamamé, tiene una vigencia muy grande a nivel popular.

—¿Dónde se integran los nuevos valores?

—Los incluimos en la programación nacional que realiza la Secretaría de Cultura de la Nación junto con Radio Nacional. En este caso, contamos con la Universidad de Cuyo; junto al gobierno de la provincia de Mendoza, buscamos espacios.

Tenemos un programa que se llama Cultura en la Universidad que reúne más de 40 universidades nacionales argentinas. Las giras promocionan a estos artistas para que alcancen a los grandes públicos.

Maestro José Luis Castiñeira de Dios, Director Nacional de las Artes

—¿Qué artistas se ha destacado en estos encuentros?

—Hay algunos artistas que son precedentes y líderes indiscutidos para toda esta generación, como por ejemplo Juan Falú, Juan Quinteros o el Negro Aguirre, todos artistas con una particularidad, una presencia, una manera de encarar la música; buscan encontrar un lenguaje actual pero sin abandonar lo tradicional. Creo que son artistas de muy buen nivel nacional y que están produciendo y llevando adelante muchas innovaciones. Juan Quinteros armó la carrera de Música Popular en el Conservatorio Manuel de Fan en Buenos Aires y también desarrolla una actividad conocida como Cajita de Música, junto con el Ministerio de Educación. Justamente, trata de promover la formación de calidad en el aprendizaje de las músicas folclóricas.

—¿Cómo se desarrollaron estas jornadas?

—El 5 y 6 de setiembre de 2013 fueron días intensos que comenzaron temprano, a las 9, y a partir de ahí se proyectó una serie de televisión que hemos hecho en la Secretaría dirigida por Juan Bautista Stagnaro. Argentina es Música es un programa que se emite por Canal Encuentro. Luego se inauguró la exposición Para No Morir, referida a la vida y la obra de Hamlet Lima Quintana. Tres mesas redondas por día, y por la noche los artistas que participaron en ellas se unieron a los investigadores locales. El homenaje a Tito Francia, gran músico mendocino, fue incluido por la enorme influencia lograda al integrar el nuevo cancionero.

—¿Hubo un objetivo temático específico en cada encuentro?

—No. Nuestro fin es el de rastrear dónde se está produciendo el cambio más importante; lo literario está un poco retrasado en este sentido, no es tan explícito en la expresión del cambio como en lo musical.

—Dada su experiencia, ¿qué valores pensó que iba a encontrar?

—Muchos valores han sido detectados porque la mayor parte de estos artistas producen como una forma de autogestión. Hubo producciones discográficas independientes de muy alta calidad, y tiene que ver con la nueva música folclórica. Ya existía un panorama o imagen general de lo que veríamos.

Lo interesante es lograr una sinergia entre esos artistas para sumar su capacidad creativa y reconocimiento popular; eso es lo que tenemos que trabajar.

—¿Qué es lo que lo sorprende día a día de su trabajo?

—Me sorprenden las propuestas, y me satisface dar una oportunidad en el reconocimiento, porque éste es esencial para un artista. Ser valorado por su gente, la puesta en valores de su trabajo, el entender que la cultura de un país se construye todos los días a través del esfuerzo de estos creadores. Muchas veces en la provincia se piensa que esto solo sucede en Buenos Aires. Nuestra política se basa en multiplicar los espacios regionales porque creemos que la posibilidad de que estas vocaciones y carreras se desarrollen es si hay muchas ofertas en otras regiones. Probablemente va a haber una final en Buenos Aires en la última semana de setiembre para promover a los artistas locales: ayudar más en su carrera realmente y la posibilidad de establecer redes con otras regiones.

Patricia Ortiz

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