La provincia de Catamarca forma parte de la región noroeste de nuestro país y limita con las provincias de Salta —al norte—, Tucumán —al noreste— y La Rioja —al sur—. Puede visitarse durante todo el año, pero cada región tiene una época en la que su belleza destaca aún más y en la que las condiciones climáticas se vuelven ideales para realizar excursiones y disfrutar de todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer. La cultura popular catamarqueña puede apreciarse en la música, los bailes, las artesanías locales y la gastronomía. La diversidad de paisajes y de manifestaciones culturales han llevado a la creación de los llamados “Polos turísticos”, circuitos pensados para que los visitantes puedan organizar sus paseos y aprovechar al máximo sus días.
Uno de ellos es el Polo Este —llamado así por estar ubicado al este de la Sierra del Alto-Ancasti—, conformado por los departamentos de Ancasti, La Paz, El Alto y Santa Rosa. El circuito Sierras y Lagos del Este une a estos departamentos y permite recorrer y disfrutar de los lagos, la flora y fauna, las cuevas de gran valor arqueológico y el turismo aventura que ofrece este Polo. Los bosques de quebracho —rojo y blanco— y algarrobo —negro y blanco—, entre otras especies, y una fauna que se caracteriza por la presencia de vizcachas, liebres, quirquinchos, pumas, hurones y aves son existen allí debido al clima cálido y seco de la región.
En el departamento de Ancasti —cuyo nombre proviene del quechua y significa “nido de águila”— encontramos, por ejemplo, numerosas manifestaciones de arte rupestre en antiguas cuevas. Una de ellas es la Cueva de la Candelaria —lugar de culto para la cultura Aguada—, en la que se conservan representaciones hechas a base de pigmentación vegetal y cal que tienen entre mil y mil quinientos años de antigüedad. Otros dos destinos de carácter religioso son las ruinas jesuitas de Ancastillo —las más antiguas de la provincia— y la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la Villa de Anquincila.
Los cinco diques que hay en el Polo Este son, sin duda, uno de sus grandes atractivos. En el departamento de El Alto se encuentran el Dique de Collagasta y el Dique de La Cañada, compartido con el departamento de Santa Rosa, y en el departamento de La Paz se destaca el Dique de Motegasta, ubicado en el municipio de Icaño. En el departamento de Ancasti, el Dique de Ipizaca es un espacio único para los amantes de la pesca —en especial de pejerreyes y percas— en el que, además, se puede descansar, disfrutar del paisaje y realizar distintas actividades acuáticas. Por su parte, el turismo aventura permite al visitante descubrir nuevos paisajes y ser testigo de la hospitalidad local. A lo largo de una jornada de trekking se puede llegar a lugares muy especiales como las Sierras de Ancasti, la Quebrada del Tipan, La Niña del Agua o el Alto del Hoyo.
En Recreo, departamento de La Paz, se mantiene aún en pie la Posta “El Suncho”, donde llegó, muy enfermo, Fray Mamerto Esquiú luego de un largo viaje y donde finalmente falleció, por lo que la Posta se ha convertido en un lugar de peregrinaje.
El último departamento de este Polo es el de Santa Rosa. Muchos de sus pueblos nacieron a partir de la llegada del ferrocarril y del desarrollo de la agricultura, entre ellos Los Altos, Alijilán, Lavalle y San Pedro. La presencia de distintos microclimas es una de las características naturales de Santa Rosa, ya que existen zonas más húmedas en las laderas orientales de las sierras y zonas secas, como San Pedro y Cortaderas. Alijilán es una de las atracciones turísticas de Santa Rosa gracias a sus diques y cañadas, espacios en los que los visitantes pueden contemplar la naturaleza y descansar de la ciudad. Ampollas es otro de los lugares en donde se pueden encontrar las huellas de los aborígenes de cultura Aguada que habitaron esas tierras grabados en las rocas.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
Crédito fotográfico: Turismo Catamarca
