El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

El Parque Provincial Ischigualasto, el museo natural del Triásico, está ubicado al noreste de la provincia de San Juan, en los departamentos de Valle Fértil y Jáchal, y limita con la provincia de La Rioja.

Este paraíso ‒un lugar único, extraordinario, y placentero‒, es visitado por miles de turistas de la Argentina y del mundo: “Hablar de la era del triásico en el parque es retroceder en el tiempo para ubicarnos en lo que ocurrió hace más de 200 millones de años. Existen distintas formaciones sedimentarias que representan el período”, afirmó el Lic. Emilio Fernández, coordinador general del Parque Provincial Ischigualasto quien no solo acompañó a Caminos Culturales en el recorrido, sino que describió con detalle cada tramo de un circuito de cuarenta kilómetros en el que están previstas cinco estaciones que guardan un paisaje particular y atrapante y en las que se pueden apreciar curiosidades de la naturaleza donde la intervención de la mano del hombre está completamente ausente.

El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

De este modo, en el inicio del trayecto ‒previsto en tres horas y media aproximadamente‒ descubrimos hacia nuestro frente una impactante formación de 230 millones de años y de colores más oscuros que el resto, conocida como “Los Rastros”, propia de Ischigualasto y luego, la de “Los Colorados”, que tiene más de 206 millones de años.

El cielo, con su manto celeste, se pierde en las formaciones de cada estación que difieren entre sí y que los visitantes nombran de acuerdo con la creatividad de cada uno, participando con los guías en una dinámica y atrapante interacción. Cada grupo llega en orden y a un horario establecido: “Lo mejor que me ocurre es estar aquí y no en San Juan o San Agustin. Nuestra labor nos obliga a tener una gran responsabilidad que pasa por trabajar en el tema de accesibilidad que este año, certificamos. No me refiero a la discapacidad física en general, sino que nos enfocamos en las personas sordomudas: tenemos para ellos tablets con los videos del lugar. Además, hemos incorporado el lenguaje de señas y colocaremos un mapa háptico con relieve para que cuando hablemos del Valle Pintado ‒por ejemplo‒ sepan a qué nos referimos. Es un valor importante para el parque”, subrayó Fernández mientras conducía por los diversos senderos diferenciados de otros caminos: “Por aquí se presenta nuestro Parque Provincial Ischigualasto y a nuestra derecha, se despliega la base del Cerro Morado cuya figura, nos recuerda a la de un indio dormido con su cabeza recostada; a esa cima llegamos todos los días con un trekking: en total son tres horas para subir y bajar”.

Lic. Emilio Fernández y Martín Ontivero

Más adelante, nos encontramos con el Cerro Plateado “que divide al sector del Parque Talampaya, situado del otro lado de este Cerro, y delimita hacia aquí a Ischigualasto”, continuó el coordinador, antes de entrar a las barrancas coloradas en el límite este.

“Este circuito de 42 km es recorrido todos los días en una caravana encabezada por un guía del parque en auto, cada hora. Detiene al grupo en estaciones y allí los agrupan, les explican y cada visitante toma las fotos que desee. Es un camino unidireccional en el que se disfruta de diversas propuestas naturales”, agregó Enzo Martin Ontivero de la Administración del Parque Provincial Ischigualasto, y quien nos condujo al parque desde la ciudad de San Juan.

El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

En cuanto a los circuitos alternativos, las propuestas son más que atractivas: para los amantes del trekking la vía por el río Salado hacia el Cerro Colorado “es muy particular, como un oasis en este desierto”. “Esa quebrada por la que nos adentramos caminando tiene agua, verdes y tonalidades rojas; es muy particular y ocupa poco más de dos horas. Entre los recorridos pagos, hoy es el circuito que despierta más interés. Además, es muy concurrido también el circuito de Mountain Bike de una hora y media que ‒dependiendo de las piernas del turista‒ se hace al costado del Cerro Morado: es magnífico porque todo lo que se hace en bici o trekking no se ve en el auto. Estas actividades nos permiten un contacto directo con este lugar que, además, facilita cruzarnos con guanacos, maras y otros animalitos del lugar, bien descriptos por los guías”, comentó Fernández señalando hacia todos los puntos cardinales los maravillosos paisajes.

En cuanto al trayecto alternativo e ideal para vivir una noche de cuentos, marcamos en la agenda “la caminata en noches de luna llena”. “Difundimos este circuito porque, literalmente, es como si camináramos sobre la luna siendo astronautas: imaginamos que estamos en otro planeta iluminados por la luna. Son cuatro noches al mes elegidas en el calendario lunar, publicado en nuestra página web y se realiza mediante reservas”, aclaró Fernández. Esa excursión se extiende durante dos horas y media: “Entramos en auto y caminamos durante una hora. Luego agasajamos a los viajeros lunares con un vino sanjuanino para cerrar la visita y experiencia en noches de luna”.

Lic. Emilio Fernández y Martín Ontivero

Ischigualasto, en voz quechua significa “el lugar donde se posa la luna”, aunque durante el día, el sol baña este imperio de formas y colores, jamás imaginado; por este motivo uno de sus circuitos fue bautizado “Valle Pintado” donde se evidencian las figuras de El Submarino, La Esfinge, Las Bandejas o El Hongo. Caminar bajo su sombra e imaginar que vivimos en la era de los dinosaurios es un regalo para la vista y el espíritu.

“El Parque Provincial Ischigualasto fue creado en 1971 por ley 6911 con la idea del resguardo y preservación de los yacimientos paleontológicos. Las sucesivas campañas científicas que se han llevado a cabo y que hoy se realizan con tanta dedicación por parte de profesionales de la paleontología; la geología; la biología y la arqueología han logrado que este sitio sea declarado Patrimonio cultural y natural de la Humanidad por la UNESCO ‒la máxima jerarquía que puede tener un sitio y solo se les atribuye a aquellos que son singulares, representativos y únicos‒ detalló Ontiveros, aludiendo a toda la cuenca geológica de Ischigualasto-Villa Unión, que cuenta cómo y cuánto tiempo le llevó a la era del Triásico formarse en ese periodo que, a su vez, está representada a través de imponentes formaciones naturales de increíble belleza donde la presencia de múltiples minerales brinda coloraciones de las más diversas: el hierro, la tonalidad rojiza; el verde exhibe la presencia del cobre; el amarillo tonaliza la del azufre y el gris es consecuencia del calcio. Hay una gran cantidad de estos materiales que, en contacto con el medio se oxidan y toman las pigmentaciones. Por otra parte, el carbonato de calcio; los finos sedimentos y la arcilla, en contacto con el agua del verano, impiden que esta se filtre. Por este motivo, se observan suelos arcillosos ‒que fotografiamos, como nuestra mirada curiosa nos obliga‒ que no son aptos para cultivo: son desérticos.

El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

El Parque Provincial Ischigualasto es un paisaje “de otro planeta”. Quien elige realizar esta excursión retrocede en el tiempo para ubicarse en lo que sucedió hace más de 200 millones de años: “Son distintas formaciones sedimentarias que hablan de la era triásica. Si bien existen formaciones de estas características en otras partes del mundo, no están a la vista y en la superficie como aquí. Esto se produjo porque hace más de 70 millones de años se formó la Cordillera de los Andes, debido a un choque de placas tectónicas, como la de Nazca con la Sudamericana, cuyo contacto originó la presión que ejerció sobre el continente, generando estos afloramientos. Lo que en otras partes del mundo se desarrolló en forma subterránea, aquí se ha volcado en una muestra de distintos afloramientos rocosos que no pierden en ningún momento la cantidad de años que le llevó constituirse y esperan que los científicos, los recorran y estudien”, precisó Ontivero.

Mientras tanto, y mientras caminamos por las pasarelas construidas hace poco tiempo, nuestro guía sanjuanino comenta que antes el clima era tropical: había abundantes lluvias, el ambiente era húmedo con una gran vegetación, buena parte de la cual quedó tapada por sedimentos y efecto del tiempo. Así, el lentísimo proceso de fosilización ha permitido a la ciencia describir toda la historia: “Estamos en presencia de la era en la cual aparecen los dinosaurios. En 1991, un paleontólogo sanjuanino descubrió los restos de la especie del Eoraptor lunensis (“ladrón del amanecer del Valle de la Luna”), que medía un metro de longitud y es, hasta el momento, el más conocido. Luego, ese mismo animal tomó un tamaño gigantesco; como signo del inicio de la era del Triásico”, agregó Ontivero.

Cada escenario natural invita a los turistas a tomar fotos y filmar. Es una forma de “revivir” el pasado en esa galería a cielo abierto del Triásico cuyas formas juegan con las sombras de la luz del día o de la noche y nos desafían a relacionarlas con un nombre; la faraona egipcia, una tortuga, un castillo que se eleva al infinito, un ET de película…

El Parque Provincial Ischigualasto, la galería natural a cielo abierto del Triásico

El tiempo pasa y las imágenes quedan grabadas en la mente y en la retina. Esta curiosa parte de la tierra sanjuanina atrae a visitantes del exterior. Según algunas estadísticas, “el 50 por ciento de ellos son franceses; un 30 por ciento, alemanes y el resto, sobre todo, provenientes de Bélgica e Italia. Son personas por lo general muy cultas que visitan nuestro Ischigualasto por ser Patrimonio cultural y natural de la UNESCO, lo que genera un especial interés para comprender el origen de la vida del mundo”, agregó Emilio Fernández.

El Parque Provincial Ischigualasto forma parte de la riqueza patrimonial y arqueológica de Valle Fértil en la provincia de San Juan: genera un servicio de excelencia que comienza en la dirección del parque; de sus guías bilingües; de quienes nos reciben en el Museo de Sitio Dr. William Sill o el Museo permanente de dinosaurios corporizado.

Cada escenario natural de esta variopinta e inmensa galería a cielo abierto del Triásico es una invitación formal al deleite sensorial y espiritual. Cada forma se agiganta o disminuye según el paso de las horas y, por cierto, también de las estaciones; aunque las visitas se realizan durante todo el año, por el rigor del clima las más recomendadas son la primavera y el otoño. En cualquier momento que se lo visite, desde ya, este peculiar viaje en el tiempo envuelve al visitante con la magia de un paseo apasionante.

Patricia Ortiz
Crédito fotográfico: Caminos Culturales
Corrección: Ricardo de Titto

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