El Camino de Santiago, un acercamiento a nuestro interior y una metáfora de la vida

El Camino de Santiago, un acercamiento a nuestro interior y una metáfora de la vida

Entrevista a Adriana Fernández Pérez, socia fundadora y presidenta de la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago (AUACS). Su entusiasmo y su deseo de dejar una herencia cultural a los jóvenes la encuentran trabajando en la difusión del Camino en un país que cuenta con una colectividad española y gallega muy importante. Fernández habla sobre el Camino desde su experiencia como peregrina y cuenta a Caminos Culturales cómo nació la Asociación y cómo cambió su vida luego de recorrerlo en dos oportunidades.

C. C.: ¿Cómo nació la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago?

En 2019, luego de recorrer el Camino por segunda vez —en esa oportunidad desde Sarria, en 2013 había hecho el tramo gallego del Camino portugués, desde Tui—, se dio en mi interior una gran transformación y sentí el deseo, cada vez más fuerte, de que hubiera en Uruguay una Asociación dedicada a difundir el Camino de Santiago. El año pasado llegó la pandemia y con ella, muchas cosas cambiaron, pero esa idea se fue haciendo cada vez más fuerte y, finalmente, el 13 de julio de 2021 la Asociación obtuvo personalidad jurídica.  Si hay algo en lo que todos los peregrinos coincidimos es que es fundamental trabajar para dar a conocerlo, porque recorrerlo siempre marca un antes y después. Uruguay es un país que tiene una colectividad española y gallega muy grande y queremos acercarle el Camino.

Adriana Fernández Pérez, socia fundadora y presidenta de la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago

C. C.: ¿Cuáles fueron, en su caso, esos «antes y después»?

En 2013 lo hice con un grupo de amigas y en 2019 lo hice sola, y en ambas me dejó la felicidad de haberme encontrado a mí misma. El Camino te pone a prueba y te renueva, yo lo hice por mis creencias, aunque no podría encontrar las palabras exactas para definirlo. ¿Cómo describir la fe? Cada quien lo simboliza de una manera. Hay quienes lo eligen desde un punto de vista turístico, pero no es lo mismo hacer una ruta de senderismo que hacer el Camino. En mi caso, significó peregrinar hasta llegar a ver los restos del Apóstol Santiago, con todo lo que eso conlleva. Y así como creo que todo el mundo debería viajar una vez en la vida en avión, sentir la adrenalina del carreteo, el avión despegando… con el Camino pasa lo mismo.

C. C.: ¿Qué momento o gesto podría destacar dentro de la metáfora del peregrinar?

Es una experiencia que te cambia y te pone a prueba a cada instante y en cosas simples, como la preparación de la mochila que llevaremos durante el recorrido. Armarla ya nos deja una enseñanza: si vamos muy cargados, no podremos avanzar, como no podemos hacerlo en la vida si no nos libramos de lo que es negativo.

El Camino de Santiago, un acercamiento a nuestro interior y una metáfora de la vida

C. C.: Es una buena forma de abrirnos paso en un camino al que se le van quitando las malezas al ir eligiendo aquello que nos enriquece…

Sí. El escritor Pablo Coelho decía que no había que pensar en el destino, que había que disfrutar el momento, ¡qué real y cierto!  Si uno solo piensa que hay tantos kilómetros para completar una etapa o tantos kilómetros para llegar a Santiago, es como correr una carrera sin observar lo que nos  regala el paisaje y todo lo que nos dejará. Ir caminando sin prisa, a tu ritmo propio, es una experiencia que trasciende el recorrido. Transitarlo nos obliga a esquivar piedras, charcos, sufrir calor, cansancio, pero todo se supera porque en el horizonte está nuestro destino, nuestro norte: Santiago de Compostela.

El Camino de Santiago, un acercamiento a nuestro interior y una metáfora de la vida

C. C.: ¿Y qué momentos la hicieron sentir más plena?

Es importante disfrutar de tomar una foto, escuchar el sonido del viento, compartir algo con alguien que no conocés, vivir el presente. En mi caso, los que más disfruté fueron aquellos en los que me sentaba sobre una piedra y solo escuchaba el murmullo de la naturaleza, miraba los árboles y podía percibir la majestuosidad de lo que me rodeaba. Sentía que no necesitaba nada más para ser feliz y sentirme completa.  

El Camino de Santiago, un acercamiento a nuestro interior y una metáfora de la vida

C. C.: Retomando las tareas de la Asociación, ¿cómo es trabajar con los jóvenes, futuros herederos de la cultura gallega, y cómo los incentivan para conocer sus raíces?

Debo confesar que cuando comencé con la Asociación una de mis grandes preocupaciones era cómo integrarlos, porque hoy se manejan de una forma muy distinta a la de nuestras generaciones. Es importante que la juventud esté activa y participe, por eso una de las comisiones de trabajo que tenemos en la Asociación es la de la Juventud. En las reuniones con otras comisiones siempre empiezo mi discurso mostrando la línea de trabajo, pero con los jóvenes fue al revés: prefiero que sean ellos los que me digan lo que les gustaría hacer. También es cierto que necesitan un camino previamente marcado, con señales y propuestas que muestran hacia dónde dirigirse, y este es el momento de atraer su atención.

C. C.: En 2019 los chicos del programa Conecta  Galicia volvieron encantados del viaje…

Sí, es muy cierto. La pandemia imposibilitó ese encuentro en 2020 y ya veremos cómo lo experimentará el nuevo contingente en 2022.  Son ellos los que heredarán la cultura gallega y la llevarán como bandera en sus corazones.

Adriana Fernández Pérez, socia fundadora y presidenta de la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago

C. C.: ¿Y cómo ha sido el transcurrir del 2020 y de este 2021 con vistas a organizar viajes a Galicia para recorrer el Camino?  

Hay mucho interés y se está disfrutando el proceso de ir saliendo de la pandemia; el año próximo pensamos hacer el Camino de Santiago como Asociación.

C. C.: Adriana, este pequeño tramo del Camino va llegando a su fin. Si pudiera enviar un mensaje desde la Plaza del Obradoiro, recién llegada y antes de entrar a la Catedral, ¿cuál sería? 

Sin duda que el Camino de Santiago es una transformación: un antes y un después.  No se trata solo de decidir qué tramo hacer, dónde empezar, es plantearnos cómo nos paramos ante la vida. Es una metáfora del renacer espiritual.

Patricia Ortiz

Corrección: Ailen Hernández 

Crédito fotográfico: Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago (AUACS)

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