Derechos humanos y políticas públicas en Brasil

Derechos humanos y políticas públicas en Brasil

Eliane de Souza dirige un movimiento que reivindica los derechos humanos desde la educación y la valoración de la cultura afro-brasileña.

La historia de Brasil es un compendio de luchas, de discriminación, de claros, de oscuros y de procesos que intentan reivindicar los derechos humanos de indios, negros y pobres, que son una mayoría en el país del samba y la alegría. En diciembre de 2008, el Centro Cultural “Francisco Paco Urondo”, dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, realizó una conferencia sobre «Derechos Humanos y Políticas Públicas en Brasil» a cargo de Eliane de Souza, representante del movimiento negro en Río Grande Do Sul y trabajadora de la educación, master en Pedagogía. El aporte artístico fue dado por la fotógrafa Marta Fernández, quien presentó su ensayo fotográfico «Negritud».

De Souza vive en Porto Alegre, y trabaja actualmente en la Ley 1.639, que incide en la historia de los negros y de su identidad. «Hoy la población negra es considerada mano de obra barata. Sus antepasados tienen toda una cultura de colores, de expresión de samba, de carnaval. La Capoeira es una manifestación cultural que traen desde que se preparaban para escapar de sus amos. Así comenzaron a levantarse y a escapar de ellos, que los consideraban poco menos que animales», dijo De Souza, que lidera marchas para lograr la implementación de políticas públicas que integren a mujeres, indios y pobres en Brasil debido a que, en la actualidad, la situación social es muy difícil y muchos viven en el desempleo y en la discriminación.

El 13 de mayo de 1888, la esclavitud colapsó como sistema, luego de ceder a las presiones de los abolicionistas, y se firmó la llamada Ley Áurea (Lei Áurea). A partir de esa fecha, los negros recorrieron un largo camino que aún hoy está plagado de prejuicios, porque no conocen su trayectoria, su pasado, sus orígenes. La dificultad radica en llegar a esa memoria por las disputas de poder. La investigadora sostuvo que esos «prejuicios» son más que psicológicos y tienen que ver con cierta subjetividad que les impide ascender, ocupar cargos.

«No se expresa directamente que no les gusta el negro o el pobre. ¡Se los deja de lado! La mujer es triplemente discriminada: por mujer, por negra, por pobre. También el hombre piensa que deben estar en casa cocinando, esperando y ese pensamiento, en el siglo xxi se opaca porque muchas quieren y tienen profesiones y no están de acuerdo con esta demanda».

Actualmente, el gobierno de Lula Da Silva tiene proyectos en Brasil, en la Secretaría Especial de Políticas de Inclusión Social, que distribuye bolsas de ayuda que son direccionadas a proyectos de comunidades negras cerradas que conservan una cultura de poco contacto con el resto de la sociedad brasilera.

La representante del Movimiento Negro Unificado (MNO) articula y unifica las actividades con otros más pequeños, y recaba información de personas, de grupos, de salud, y actúa en la Secretaría y en el Consejo de Desenvolvimiento de Comunidad Negra, que contribuye con los avances de la mujer.

La conferencia giró sobre la idea de generar lazos con países de África e intercambiar temáticas, trabajar en seminarios para informar a las comunidades que necesitan saber más sobre la llegada del negro de África y a Brasil y, de esta manera, elevar su autoestima.

«En Brasil, como estudiante de la Universidad Pública Federal, soy una excepción. En los cursos, si hay seis alumnos negros es mucho, y consideremos que en Porto Alegre más del 60% de la población es negra. Hay un proceso de negación: dicen que son mulatitos, todo lo que es negro de África es negado. En las favelas, la condición del negro es seria porque no hay conciencia colectiva que sufra por un grupo que padece por ser excluido históricamente; no es por falta de plata o por empleo solamente», agregó la joven docente.

Reivindicar los derechos humanos desde la educación no es una tarea fácil. La ley es muy reciente; fue creada el 9 de enero de 2003 y hasta este momento está siendo implementada con dificultad porque no se reconoce esa desigualdad. «Muchos docentes afirman que no se necesita hablar del negro en las aulas y el no hacerlo no hará cambiar esa condición», continuó. «Muchos investigadores afirman que la escuela es un lugar de transformación escolar y continúan reproduciendo la historia a partir de la condición de inmigrantes; los negros solo sirven para trabajar, los europeos y blancos se educan».

No reconocer los cambios históricos es no reconocer a los actores como sujetos en la «historia». Si no hubiese discriminación, no se necesitaría de la ley: «Seríamos democráticos; pero evidentemente necesitamos de leyes para avanzar en su inclusión forzada. Creemos que nuestro movimiento sensibilizará a las personas en un futuro», dijo

NEGRITUD EN IMÁGENES

La charla tuvo un espacio para observar y reflexionar. Marta Fernández viajó a Brasil para tomar imágenes que reflejan la cultura y la familia. Eliane de Souza se refirió a la foto de su madre: «Marta expresa su sensibilidad porque tiene el coraje de mostrar aquí el problema de la negritud brasilera. Así se puede mirar su obra grandiosa, que refleja que en Brasil tenemos una inmensa riqueza y no la valorizamos. Ella consigue traer un pedacito de nuestra tierra. Estoy emocionada y aquí me sentí acogida y en casa, por los detalles que logra captar».

La charla estuvo coordinada por Alejandro Kacero (Movimiento Sanmartiniano).

Una mujer abre sus brazos en un parque inmenso. Parece dispuesta a recibir una nueva oportunidad. Es la madre de Eliane, que también está cerca de ella. Son mujeres unidas por un lazo muy fuerte. Son mujeres guerreras. En otro escenario, Fernández captó la mirada de un hombre negro que fue coordinador de un kilombo, que era un lugar de existencia de esclavitud.

Negritud trajo muchos significados: dos pequeñas niñas miran con esperanza el horizonte que también es el futuro. Hay sonrisa, hay luz, hay sol. Es una lectura de fotos tranquila que describe las bellezas de Brasil y, como contrapartida, la miseria, la pobreza, las «saudades» que se dejan atrás por la decisión de seguir adelante. Brasil es una mezcla y una diversidad: el norte es más triste porque es más seco. África, la tierra madre, extiende sus raíces; sus antepasados resistieron y sobrevivieron a ese proceso de exclusión.

CONCLUSIÓN

La disertación mostró un camino: el camino del hombre que sufre y que busca un lugar en democracia por medio de una gran concientización: no es difícil. No es imposible. Se trata de aprender a verse como sujeto con derechos atendidos.

La educación es el medio: «Los alumnos que llegan a su historia y a su memoria construyen su identidad. Es importante que desde la diáspora africana a Brasil se consideren como pilares de los espacios conseguidos», expresó con énfasis De Souza. «Que no tenga angustia o vergüenza por tener una piel de color diferente. Ni morenitos ni mulatos: soy negro brasilero, porque sé que mi historia y mi memoria me avalan».

Aplausos.

Patricia Ortiz

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