Angra do Reis es una ciudad antigua y encantadora situada en la región de la Costa Verde, entre Río de Janeiro y San Pablo. Angra do Reis significa Bahía de los Reyes Magos, y está formada por 365 islas y playas: ¡una para cada día del año!
Se trata de una ciudad de 157 km que atrae a los turistas por su hotelería moderna y las opciones deportivas y de diversión. Sus playas tranquilas esperan aguas transparentes acariciadas por el sol. Es ideal para visitar en los fines de semana largos o aprovechar el carnaval en marzo. Durante la temporada de mayo a julio, los nativos organizan el festival de música. Con 193 km, Ilha Grande se caracteriza por ser la mayor y más importante isla del litoral de Angra dos Reis; es perfecta para disfrutar por su rica fauna y flora. Su capital, Vila do Abraão, está localizada en la Ensenada de Abraão, desde donde parten los paseos para recorrer la isla que luce en el fondo el Pico de Papagaio, con 982 m. Las aguas de la isla son calientes, independientemente del invierno o del verano. Es un lugar perfecto para relajarse y practicar natación, volley, básquet, corrida, fútbol o esquí acuático. En cuanto a los hoteles, ofrece una amplia variedad que va desde las pequeñas posadas a los grandes resorts con todo incluido. Las cadenas hoteleras brindan el conocido “café da manhá”, servido en confiterías con vista al mar.
Un lugareño comentó que un paseo por las 10 islas de la Ilha Grande se cobra alrededor de R 35.00 con frutas a bordo: “Es un viaje increíble: tortugas, cielo inmaculado, aguas calmas en la Laguna Azul, el lugar preferido para snorkeling. Es un lugar privilegiado por su naturaleza virgen y su belleza natural”. comentó.
Angra do Reis tiene iglesias y circuitos religiosos; el paso por la Iglesia de Santana es un punto turístico de la Ilha Grande; las playas de esta zona se dividen una hacia el este y otra hacia el oeste. San Pedro es un circuito completo y un centro histórico al que se llega si la idea es recorrer ferias artesanales con guía.
Angra do Reis o Bahía de los Reyes fue influenciada por la Iglesia Católica, como otras ciudades del litoral. Imponentes conventos, iglesias, monumentos y caminos religiosos le dan un encanto particular. El centro de Angra tuvo las calles proyectadas en curvas, siguiendo el sentido de los vientos que allí soplaban. Un paseo a pie, deteniéndonos en sus casitas coloniales, puede propiciar buenas sorpresas. La Bahía de los Reyes es un paraíso en invierno y verano.
Patricia Ortiz
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