En la Calle Corrientes, el público amante del buen teatro encuentra propuestas de primera línea. Temas diversos, actores y actrices de gran trayectoria y obras aplaudidas con emoción se suman a la temporada. Amadeus, en versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino y cuyo libro pertenece a Peter Shaffer, hace vibrar de emoción a un público que escucha en sublime silencio al genial Oscar Martínez, quien en su rol protagónico de Antonio Salieri relata en estupenda actuación cómo la envidia y el odio fueron apoderándose de él luego de conocer a un joven y brillante Mozart. El narrador describe cómo a partir de ese momento dedicó todos sus esfuerzos para apagar la fulgurante estrella del prodigioso músico, cuyo talento lo opacaba y lo hacía ver a sí mismo como un ser mediocre. Así, carcomido por tantas pasiones negativas, Salieri comienza a urdir todo tipo de confabulaciones y traiciones a espaldas del inocente Mozart, quien no repara en las mentiras del supuesto amigo y protector, que solo esperaba ver su caída al sumergirlo en una indigna y pésima situación económica.
En escena, Rodrigo de la Serna, en su papel de nada más ni nada menos que Amadeus, regala al público su prodigioso y versátil histrionismo, mostrando su simpatía al conocer a Salieri, provocando emoción y lágrimas con su llanto por la muerte de su padre o manifestando su desesperación por la falta de dinero.
Las demandas de su mujer lo acosan y ya no logra ver la salida. En el final, el respetuoso silencio de la sala responde a la melodía de la muerte de Mozart, quien acusa a Salieri de haberlo envenenado. Magníficos en su actuación, fueron ovacionados de pie por un público que los aplaudió con entusiasta fervor, y muchos de entre ellos no pudieron evitar una lágrima en el final trágico de la obra.
Claudia Ortiz