El Licenciado Eduardo Piacentini realiza los informes que analizan la variabilidad climática: son eventos de gran dimensión que cambiarán el clima

Nuestro mundo, agredido, responde con las señales de un planeta
enfermo y contaminado.

El licenciado Eduardo A. Piacentini es director del Departamento de Vigilancia de la Atmósfera y Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional e integrante de la Comisión del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Cancillería Argentina (IPCC).
Hay una gran variabilidad climática, que observamos en los últimos tiempos: son eventos de gran dimensión que cambiarán el clima.
Piacentini advirtió sobre las consecuencias de las acciones del hombre, que provocan el aumento del efecto invernadero. Éste es un tema de agenda que reúne a la Comisión, una vez por año, en un determinado país, para responder a las directivas del Protocolo de
Kyoto.
«Realizamos alertas e informes en el lugar que amerita hacerlo. Recientemente confeccionamos un informe especial para las provincias del Noroeste, porque se están produciendo tormentas que se prolongarán en febrero, con intermitencias y acumulación de agua caída», expresó
el licenciado. También fue muy específico al indicar que en la ciudad de Tartagal, las lluvias podrían continuar como en la provincia de Tucumán. «Sospechamos que puede haber inconvenientes con la cantidad de agua que caerá», anunció. Para llegar a esta conclusión, se realizan los llamados «informes
especiales», que se hacen varios días antes de que ocurra el fenómeno natural. En cambio, el alerta es inminente, dentro de las diez o doce horas, y tiene el beneficio de poder tomar medidas en el momento. El informe es más completo y se llega a él por la presencia de modelos
numéricos de pronóstico: «Tenemos centros de investigación conectados con Brasil, que es una región donde ingresan masas de aire caliente que provocan tormentas con abundante descarga. En Tartagal se producirán inconvenientes; el informe es por la persistencia y la
ocurrencia de estas tormentas». El director del Departamento de Vigilancia de la Atmósfera y Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional dijo que los aludes, los huracanes, la caída de granizo no se pueden evitar, pero si no se existieran los informes, habría más víctimas o roturas de techos. Con
ellos se evitan trastornos más importantes. Consultado acerca de por qué no se pudo evitar el sunami asiático que llegó en el 2004 a Sri Lanka, aclaró que a veces se puede y otras no, porque no siempre los pronósticos numéricos dan resultados seguros y eso marca la diferencia
En cuanto al fenómeno del alud que azotó a Tartagal, es estudiado por hidrólogos y ecologistas, y tiene que ver con el cambio del equilibrio ecológico de la región por la tala indiscriminada, que cambia todas
las condiciones por diferencia de absorción de agua caída. «No es raro que haya ocurrido; cada vez será más violento por el deterioro del ambiente», dijo.
¡Otro tema que no podemos dejar a un lado es el de la sequía! Es tarea del IPCC analizar los posibles cambios climáticos que aumentan las sequías o las inundaciones, porque se modifica el equilibrio ecológico de la naturaleza que, al romperse, produce fenómenos extremos.
Para las provincias que han sufrido la falta de lluvia, hay una buena noticia y es que, según el licenciado Piacentini, ¡la sequía ya pasó!.
Se acumuló durante tres veranos seguidos y produjo déficit de agua.
«No es el primer verano que no llueve, ¡es el tercero! Para decir que un clima ha cambiado, por ejemplo de húmedo a seco, hay que analizarlo durante diez años. Cuando hay menos agua, hay menos evaporación. El agua en invierno es importante, pero no tanto como en el verano. En
invierno no se evapora tanta agua; eso define a un clima seco: si es seco, es seco siempre, no por una sequía de años. San Luis es un ejemplo de clima seco: siempre!”. Piacentini viaja constantemente y conoce el interés de los países como Japón y Finlandia en el cuidado del medioambiente. «La Organización
Meteorológica Mundial invierte mucho dinero en el cuidado del medioambiente a través de sugerencias y recomendaciones expresadas en el Protocolo de Kyoto. El Protocolo no impone, sugiere; el que se quiere adherir, lo hace», añadió.
Y una de las sugerencias es la de trabajar en la capa de ozono, cuya recuperación tardará en concretarse de veinte a cincuenta años.
Piacentini es muy moderado al afirmar que no se eliminan las sustancias de un día para el otro, pero había que empezar y este comienzo fue a fines de los 80 y, aunque Estados Unidos no adhirió al Protocolo, se justifica porque no tiene forma de evitar emitir gases por el tipo de potencia que es.
Un dato interesante fue el que comentó sobre la mayor contaminación que producen los campos en Argentina. «Nuestro país es agrícola-ganadero y los productos químicos que se utilizan van a la atmósfera”, explicó. «Los cincuenta o setenta millones de cabezas de ganado contaminan más que las industrias por la respiración de los animales que, como nosotros, emiten CO2. Entonces, emitimos ‘efecto invernadero’».
Hoy el tema es la cantidad de gases de efecto invernadero, y se realizan desde las diferentes áreas de investigación, más de quince modelos mediante los cuales los países potencia evalúan lo que ocurrirá en 2070 con los deshielos de glaciares, de polos, y producen resultados numéricos.
«Trabajamos en escenarios a cincuenta años en el futuro. Lo importante es prevenir», concluyó el licenciado Eduardo Piacentini.

1 Comentario

  1. work at home - 10/09/2009

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