El Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea ofrece una propuesta educativa de primer nivel

El Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea ofrece una propuesta educativa de primer nivel

Entrevista con la Rectora-Fundadora del Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea, Prof. Magíster Lina Mundet. Eduardo Mallea fue uno de los principales escritores argentinos del siglo XX, aunque hoy está injustamente olvidado. Nació a principios de siglo en Bahía Blanca, pero estudió y escribió en la ciudad de Buenos Aires, donde murió en 1982. Compuso más de cuarenta libros, entre ensayos, relatos, novelas, libros de cuentos y obras teatrales. Su obra tiene dos vertientes: una reflexiva, donde medita sobre la esencia de la argentinidad, la misión del escritor y de la literatura, y otra ficcional lanzada a entramar historias novedosas y atrapantes.

-¿Cuándo comienza a funcionar el Instituto terciario y por qué lleva su nombre?

El Instituto Superior de Letras «Eduardo Mallea» (A-1369), entidad privada de estudios de nivel terciario, incorporada a la enseñanza oficial por la Dirección General de Educación de Gestión Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en abril del 2001, nació en septiembre de 1989, en el Barrio de Belgrano de nuestra ciudad.
El nombre del Instituto se debe al gran escritor argentino Eduardo Mallea, perteneciente al grupo Sur, que, junto con Jorge Luis Borges, Bioy Casares y Victoria Ocampo, cimentaron las bases de la literatura nacional en las primeras décadas del siglo XX. Por aquel entonces, yo estaba realizando importantes trabajos de investigación sobre la vida y obra de este autor con motivo de una beca otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). De ahí que, al identificarme con los ideales malleanos enraizados en la argentinidad, no dudé en bautizar la institución con su nombre.

-¿Quién lo fundó y como fueron sus comienzos?

Tuve el honor de fundar este Instituto para el que creé las carreras de Corrector literario y de Redactor especializado, hoy denominadas Tecnicaturas, que se dictan en el Instituto en las modalidades presencial y a distancia.
En sus inicios, funcionó un Taller literario que yo dirigía y del que salieron importantes escritores reconocidos hoy por sus publicaciones y trayectoria. A este se le sumaron cursos de literatura, de arte, de música, entre otros. Paralelamente surgía la idea de la carrera de corrector literario que, por aquel entonces, tenía duración anual y no estaba aún oficializada. Los comienzos fueron duros y mis esfuerzos se volcaron a obtener el reconocimiento oficial del Instituto, de sus carreras y demás estudios.

-¿Cuántos alumnos comenzaron y cuántos son ahora?

En los primeros tiempos, los cursos se abrían con ocho o doce alumnos y en total sumábamos unos cuarenta cursantes por año. Con la oficialidad de las carreras, la apertura de nuevos cursos, talleres y seminarios, la implementación de la modalidad a distancia y el prestigio alcanzado en el área de la comunicación y de la corrección llegamos a casi ochocientos cursantes anuales.

-¿Qué carreras se siguen en el Instituto y cómo se accede a ellas?

El instituto cuenta con dos tecnicaturas, en la modalidad presencial y a distancia. Ellas son:

  • Tecnicatura Superior en la Corrección de textos.
  • Tecnicatura Superior en la Redacción de textos.

Una tecnicatura se diferencia de una licenciatura, por ejemplo, en que la primera prepara en forma inmediata para el mercado laboral, en cambio, la segunda se orienta más para la investigación. El acceso a una tecnicatura exige tener estudios secundarios completos. Por lo tanto, no hay límites de edad ni se requieren estudios específicos previos.

¿Cuáles son las demandas de los alumnos?

Hay muchos cursantes, hoy más que nunca, que se inscriben en estas tecnicaturas para poder trabajar de lo que estudian; otros, para perfeccionar el trabajo que ya tienen relacionado con estos saberes; otros las toman como la “asignatura pendiente” de sus vidas, ya que por razones diversas tuvieron que seguir otros caminos que no correspondían a su verdadera vocación; muchos ya tienen estudios terciarios cursados en forma completa o incompleta (abogacía, ingeniería, profesorados, etc.), pero buscan otros horizontes laborales.

-¿Cuál es la filosofía de trabajo de la actual dirección?

La filosofía de trabajo del instituto es, en primera instancia, tener por objetivo la formación lingüística, humanística y técnica del estudiante de sus cursos y carreras. A su vez, busca la excelencia en todos los órdenes: nivel académico de los profesores, calidad de los materiales didácticos, metodologías de aprendizaje renovadas, apropiación de una tecnología acorde con los estudios implicados, etc. Nuestra mayor preocupación se orienta a que cada ex alumno lleve en sí el sello de la institución y lo refleje en sus competencias e idoneidad para encarar la tarea en los distintos ámbitos laborales.

-¿Qué actividades extra curriculares realizarán en el año?

Está previsto, para fin de año, un encuentro –Congreso o Jornada– que agrupe a los integrantes de centros editoriales: editores, redactores, correctores, ilustradores, etc. El objetivo gira en torno de jerarquizar el trabajo de estos cultores de la palabra y de la comunicación en todas sus variables. También se reflotó la editorial denominada Ediciones Mallea, donde la asombrosa producción de los talleres literarios y de las tesinas finales de las carreras están esperando su turno para editarse.

-Hablemos de los cursos. ¿Cómo se inscribe el alumno y cuales están disponibles para iniciar en el año?

Los cursos presenciales no pasan de cuatro meses de cursada (algunos poseen menos tiempo) y tienen lugar dos veces al año. En general, los cursos cuatrimestrales se inician en marzo y en agosto y se dictan una vez por semana, dos horas. Los cursos a distancia están abiertos durante todo el año. El cursante (nacional o extranjero) puede inscribirse desde la misma página enviando la ficha con sus datos y el comprobante de pago del primer mes. A vuelta de correo digital, le enviamos los materiales, las instrucciones y lo ponemos en contacto con el/la tutor/a que guiará su aprendizaje. El proceso se repite cada mes hasta que el curso finaliza. Tanto los cursos presenciales como a distancia reciben –luego de aprobados por evaluaciones– el certificado oficial.

-Me interesan los talleres literarios: ¿cuál es la metodología? ¿cómo se inserta el futuro escritor en el mundo de los libros?

Los talleres literarios tienen un amplio desarrollo en nuestro Instituto. Yo me dediqué a ellos antes de fundar Mallea y dicté talleres en la Universidad de Belgrano, el Museo Larreta, entre otros, a lo largo de veinte años. Por experiencia sé que el aprendizaje de la escritura es lento y paulatino. Para formar a un escritor se necesita instruirlo en las técnicas y procedimientos de la creación literaria, en el armado de oraciones y en la selección del vocabulario, por un lado, y motivarlo para que encuentre su propia voz y universo personal, por otro. La gran cantera donde se recogen los materiales (en forma inconsciente o consciente, según los casos) que luego servirán para conformar la obra se encuentra en la lectura. El futuro escritor deberá comenzar a “leer como escritor” si quiere ampliar su horizonte creativo y realizar el traspaso de lo que considera un hallazgo en otros para aplicarlo a la propia producción. Hoy el Instituto cuenta con talleres presenciales (tres, según los niveles alcanzados por los cursantes) y a distancia (cuatro niveles de cuatro meses cada uno). Los primeros pasos en el mundo de la escritura se realiza por niveles procedimentales, donde el futuro escritor experimenta todas las técnicas y lenguajes; luego pasa a niveles superiores donde afina su propio estilo y se prepara para publicar sus hallazgos personales.

Ediciones Mallea, editorial creada hace más de veinte años, siempre se preocupó por dar cuerpo visible a la producción de sus talleres. De ahí que cada año publique, como estímulo de sus cursantes, una Antología que agrupa las mejores obras de sus integrantes.

-¿Cuántos alumnos se reciben por año en las tecnicaturas?

Después de tres años de intensos estudios, prácticas profesionales, pasantías y la defensa de una tesina, se reciben alrededor de cuarenta técnicos por cada carrera.

-¿A quiénes apuntan los cursos de protocolo y ceremonial?

Estos cursos se dirigen a todos aquellos que deseen capacitarse en los distintos tipos de ceremonial y protocolo, ya como complemento de sus tareas laborales, ya como agentes en la organización de eventos. Por lo general, este curso, como el de Organización de Eventos, el de Bodas, el de Oratoria Dinámica y el de Imagen Personal, suelen pedirlo las empresas y organizaciones, en cuyo caso se dictan en el instituto o in Company.

-¿Cuáles han sido las experiencias en el instituto que más la han gratificado como directora?

En la mayoría de los casos, suelo sentir una gran emoción en el acto de entrega de diplomas en el que hago una síntesis de los logros alcanzados y escucho el agradecimiento de los egresados por todo lo aprendido. Me llena de satisfacción, también, cuando me entero de que nuestros ex alumnos viven de estas carreras y de que pasan airosos todas las pruebas de admisión en las grandes empresas editoriales. O cuando reciben premios literarios como el Juan Rulfo o el de la Casa de las Américas, para nombrar los principales, aunque hay muchos otros salidos de nuestros talleres literarios. Hoy puedo asegurar que la mayor gratificación que recibo es cuando me entero de que el Instituto Mallea o “el Mallea” simplemente abre puertas laborales y otorga seguridad a los empleadores. Con orgullo puedo decir que nos hemos convertido en un referente casi único de estas profesiones.

-¿Qué es lo que le gustaría repetir en su trayectoria?

Me gustaría volver a las aulas, ya que la tarea de rectora me lleva todo el tiempo de mis días. Esto es: la supervisión de las clases, el perfeccionamiento de los materiales didácticos, la confección de planes de estudio… en fin, la gestión dentro del instituto y fuera de él.

– ¿Aún le falta cumplimentar alguna idea o proyecto?

Siempre hay ideas y proyectos por delante de nuestra misión cotidiana. En breve tendremos la Fundación Instituto Mallea con la que pienso apoyar, entre otras actividades, la iniciativa de intelectuales, investigadores y escritores de difundir su obra. En mi espíritu está siempre el deseo de fomentar la investigación y la difusión del saber y de las artes en relación con el idioma en general y con las Letras españolas, hispanoamericanas y argentinas, en particular, junto con los países vinculados por lazos históricos y culturales.

-¿Qué piensa de la educación en la Argentina? ¿Qué dejaría como base de una estructura que debe mantenerse?

La educación es la base de todo proyecto de Nación. Sin ella no tendremos un buen gobierno democrático que privilegie los valores, la justicia y el amor al prójimo. La Argentina ha perdido un poco el rumbo de estos grandes ideales con los que soñaron los hacedores del país, y los ha trocado por una existencia donde el sacrificio y la trascendencia han cedido paso a la mediocridad, al consumismo y al éxito fácil. Se necesitaría volver a la Argentina profunda, invisible, a la Argentina de los arquetipos –que pregonaba Mallea en sus ensayos– es decir, al sentido sacrosanto de la existencia del hombre. En ese camino, la educación tendría que desarrollar tanto las potencialidades espirituales como las materiales.

-¿Cuándo se reconoce que un escritor es realmente bueno?, ¿cómo logran que el alumno llene una “página en blanco”?

Un escritor es realmente bueno cuando ha logrado comunicar lo que se propuso en el lenguaje adecuado, y sus lectores se han sentido satisfechos y asombrados por la manera de realizarlo. Estos artífices de la palabra, en el caso de la literatura, sobrevuelan la época a la que pertenecen para llevar su mensaje renovado y siempre vigente a las nuevas generaciones. Esto lo logran porque han desentrañado las raíces profundas de lo humano y han recreado los arquetipos eternos. Y, aunque se hayan valido de ficciones para lograrlo, pueden tocar las verdades más sutiles del hombre y del universo.

El escritor es un artista que nace y se hace. Muchos poseen el don, el regalo que viene con su naturaleza –como la gracia de la fe–; otros desarrollan potencialidades no manifiestas y se admiran de lo que son capaces. En todos los casos, con dones o sin ellos, hay que trabajar y esforzarse; practicar y hacer de la escritura un ejercicio diario y riguroso. “La inspiración existe, pero me tiene que encontrar trabajando.” Un día, los descreídos de sus condiciones, alcanzarán la cima sin haberse dado cuenta.

Tanto el redactor (profesional de la escritura que compone todo tipo de textos por encargo) como el escritor (escribe a partir de su propia inventiva y estilo personal obras creativas) deberán formarse previamente. Los cursos de redacción y de taller literario orientados a formar redactores y escritores respectivamente, enseñan tanto las estrategias de escritura como los formatos textuales, y las propiedades intrínsecas del texto (tejido), esto es: la coherencia, la cohesión y la adecuación. Estos saberes aseguran al cursante cómo proceder en cada caso. A partir de entonces, la hoja en blanco es una amenaza cada vez más distante.

-¿Tienen alumnos extranjeros?

Sí, varios. En su mayoría procedentes de América Latina y España. En estos países no existen estudios lingüísticos especializados como los que ofrecemos. Muchos de ellos se desempeñan como correctores o redactores y quieren perfeccionarse. También son muy requeridos los cursos de Enseñanza de Español para Extranjeros, Eventos, Imagen personal, Guiones de TV y cine, Redacción periodística y publicitaria, Redacción corporativa, Redacción para la Web y medios digitales, etc.

-¿Por qué cree usted que un alumno elige al Instituto Mallea?

Son varias las razones por las cuales uno elige una institución para estudiar o perfeccionarse. En primer lugar, la atractiva propuesta educativa que satisface la expectativa de muchos aspirantes; luego está el prestigio alcanzado en todos estos años, cuya propaganda –la más efectiva– se realiza por recomendación de alumnos y ex alumnos, o de las mismas empresas que nos envían sus empleados para adiestrarse. También influye el hecho de ser el único instituto que ofrece títulos oficiales para las carreras que hemos creado y la existencia de una importante bolsa de trabajo. A esto se agrega la atención cordial y personalizada de nuestro personal docente y administrativo; el seguimiento del cursante a lo largo del proceso de aprendizaje; la actualización constante de los materiales didácticos; entre otras tantas preocupaciones.

Sitio Web: www.institutomallea.com.ar

Patricia Ortiz

5 Comentarios

  1. Gabriel Tripodi - 08/08/2016

    El redactor es un escritor profesional, con una gran formación en la escritura de todo tipo de textos. Y el Instituto Mallea hace un excelente trabajo.
    Debo decir también que el redactor NO solo escribe por encargo. De hecho, así lo define la RAE.

    ¡Saludos y felicitaciones!

  2. Elsa Scopazzo - 09/07/2012

    Lina, cada vez me siento más orgullosa por haber pertenecido al grupo de profesores del Mallea. Tu lucha en la defensa del idioma, tu entusiasmo para abrir nuevos caminos, tu seriedad en la organización de los cursos y carreras son valores que han cimentado el Instituto.
    Constantemente te cito,repito tus conceptos cuando tengo que fundamentar alguna corrección, alguna observación sobre un texto.
    Mis felicitaciones y mi eterno agradecimiento por haberme guiado en mi tarea en esa institución.
    Creo como vos que la educación es la única posibilidad de ordenar esta sociedad y conducirla hacia un destino exitoso que vuelva a colocar a esta querida tierra entre los primeros puestos que nunca debió perder ante el avance de la mediocridad, la violencia y la frivolidad. Un abrazo Elsa

  3. Alicia Pitaluga - 08/07/2012

    Hablar del Instituto Superior “Eduardo Mallea”, es volver a recorrer lo insertado en mi mente y en especial en mi alma, que fue lo vivido en uno de los espacios de tiempo más valiosos de mi vida. Aquellos en los que disfruté asistiendo a las magistrales clases del taller literario guiado por la sabia aptitud de la que sería mi amada profesora, Lina Mundet.

    Mediante mi asistencia a sus clases durante quince años, me llevó por el camino del placer de introducirme en la lectura, especialmente la de los grandes escritores argentinos, viéndome ayudada para llegar a la comprensión y esencia de sus obras.

    Enseñanzas que sirvieron para colocar en mi mente la semilla de mi propia creación y obtener así la satisfacción de ver algunos de mis cuentos y poemas,elegidos para distintas publicaciones de libros y revistas,

    Además en la actualidad, y a mis ochenta años el placer inenarrable de seguir creando en forma de cuentos o poemas lo que me dicta mi mente y mi alma.

    El estar en presencia de una MAESTRA, que es poseedora de un conocimiento y experiencia tan importante, de una vocación tan especial y férrea, explica la capacidad con la que actúa en estos momentos, en la rectoría del Instituto.Superior de Letras.

    Es justicia decirle a Lina Mundet, ¡Gracias por el camino que elegiste en tu vida para honrar y expandir el conocimiento en nuestra amada Patria!
    Alicia Pitaluga
    julio 7 de 2012

  4. Lourdes Massimino - 07/07/2012

    Mi mayor orgullo como escritora es haber participado en los Talleres del Instituto Mallea casi desde sus inicios. La mayor satisfacción es haber visto crecer, desde dentro, año a año el gran proyecto que la Licenciada Mundet soñó allá por los años ochenta.
    Me reconforta ver que su ardua labor ha dado frutos abundantes. ¡¡Gracias Lina por tu compromiso con la cultura de nuestra querida Argentina y de Latinoamérica!!
    Lourdes Massimino
    julio de 2012

  5. Eleonora Mascaro - 07/07/2012

    Como egresada del Instituto Eduardo Mallea, me siento muy complacida de escuchar otra vez la voz de su rectora (mi profesora y rectora) actualizándome acerca de lo mucho que ha crecido el Instituto desde cuando me recibí (principios de siglo XXI) hasta hoy y el constatar que mantiene incólume su ética profesional. Soy correctora literaria y he trabajo desde entonces sin interrupciones, en relación de dependencia y «freelance». Siento mucho cariño por lo que hago y este sentimiento genuino me ha sido inculcado allí de la mano de la Sra. Mundet. En mi profesión sigo teniendo muchas satisfacciones y trato de dar a conocer la importancia de la tarea del corrector en el área editorial y gráfica en general, ya que tengo plena conciencia de que el último destinatario de mi trabajo es el lector (niño, joven o adulto, escolar, profesional, universitario o simple amante de la lectura). ¡¡¡Felicitaciones, Lina!!! y gracias por brindar calidad y calidez.

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