En los primeros días de Abril se registró un suceso histórico de gran magnitud en San Salvador de Jujuy: su Catedral recibió una urna que simbólicamente contenía los restos del Cnel. My Juan José Fernández Campero.
El hecho movilizó a la prensa, generando gran interés. En la presente edición se transcribe una nota publicada en un Diario de la Provincia de Salta con una opinión al respecto.
Seguidamente y como consecuencia de la confraternidad que une a argentinos y bolivianos, se transcribe el resumen de una Ponencia presentada en el Encuentro Binacional de Historiadores realizado en Tarija y las reflexiones en torno al Bicentenario del Cónsul Argentino en Cochabamba.
Para finalizar, se presenta la Agenda Güemesiana desarrollada en el mes de Abril, el correo de lectores y palabras de agradecimiento a los hermanos bolivianos por la cálida recepción brindada en Tarija a la autora del Boletín.

CONTENIDO
I. JUAN JOSE F. FERNANDEZ CAMPERO: REPATRIACION ¿SI o NO? Por María Cristina Fernández
II. LA REGION DE LOS CHICHAS EN LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA, por Edgar Murillo Huarachi
III. NUESTRAS HISTORIAS Y LA INTEGRACION, por Gabriel Servetto.
IV. CORREO DE LECTORES
V. AGENDA GUEMESIANA ABRIL DE 2010
VI. PALABRAS FINALES
DESARROLLO
I. JUAN JOSÉ F. F. CAMPERO: REPATRIACION ¿SI o NO?
El Diario “El Tribuno” de Salta publicó en su edición del 21 de Abril de 2010 la nota de opinión titulada “El Marqués de Yavi y un justo regreso”. En el contenido de la nota la autora expresa:
“Días pasados fueron repatriados desde Jamaica a Jujuy los restos de Juan José Feliciano Fernández Campero, popularmente conocido como “Marqués de Yavi” por haber heredado el título de Marqués (fue el cuarto y último) y una vasta extensión de territorios en Salta, Jujuy y el sur de Bolivia.
En época virreinal el yaveño fue Alcalde de Primer Voto del Cabildo Jujeño y Coronel Mayor de Caballería del Ejército Español. Con la revolución de mayo su adhesión a la corona se fue debilitando hasta que en 1813 optó por abandonar las prerrogativas heredadas y se unió a la causa patriota. En represalia, le fueron confiscados sus bienes y fue sometido, en ausencia, a consejo de guerra.
Nombrado Coronel Mayor del Ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata, durante tres años luchó contra los realistas costeando un ejército que operó en la Puna, región de gran importancia estratégica.
La mayoría de los combates en los que participó tuvo resultados adversos para el enemigo lo que habla de la notable organización militar de sus tropas. Esas tropas, constituidas en gran parte por nativos o pobladores originarios, percibían haberes que Fernández Campero abonaba con su patrimonio. Uno de los nativos destacados fue Diego Cala, héroe de Colpayo (16 de setiembre de 1816), derrota que afectó seriamente la moral de los realistas. En él perdieron al temerario Tte. Cnel. Pedro Zabala, dos capitanes y numerosos soldados. La pérdida más sensible fue la de Zabala, que fue batido por Cala.
La presencia de Cala en el ejército al mando de Fernández Campero es prueba del trato que daba a los nativos. Cala oficiaba de Capitán y estaba al mando de tropa de su misma condición. Dos meses después de Colpayo el valiente patriota fue fusilado en el acto por los realistas durante la “Sorpresa de Yavi”. Mientras Campero y otros jefes eran tomados prisioneros, Cala era ejecutado por ser “indígena nativo” según informaron sus verdugos.
Encontrándose preso en Lima, el Coronel Mayor Campero fue beneficiado por una amnistía declarada por el Rey de España pero impedido de regresar a su suelo natal. En libertad condicionada apoyó económicamente al Gral. San Martín hasta que fue descubierto y enviado a España muriendo en el trayecto en Octubre de 1820. Permaneció en Kingston durante 190 años hasta que luego de largas e infructuosas gestiones su familia logró repatriarlo cubriendo todos los costos que ello implicó.
A la pregunta ¿merecía ser repatriado? la respuesta es que lo fue por su patriotismo indeclinable, por su lucha a favor de nuestra independencia. Cuatro años de prisión y torturas no lograron socavar su decisión y en consecuencia, fue a morir en suelo extraño, ajeno a su dolor, lejos del Yavi que acunó sus sueños al nacer. Primero a la vida y luego a la Patria, cuando optó por ella. Merecía volver.
Quizás este sea el único acto concreto, para con la memoria de un héroe, en éste año del Bicentenario. Un acto de reivindicación que tiene como destinatario a un hombre y en él al pueblo de Yavi, martirizado aquél triste 15 de Noviembre de 1816, día en que debieran ser recordados por todos los argentinos”.
La nota refleja la opinión de la autora, quien considera tal acto como un justo reconocimiento que necesariamente debe ser acompañado por la difusión del protagonismo de los yaveños en la lucha por la Independencia.
II. LA REGION DE LOS CHICHAS EN LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA
En el Encuentro Boliviano-Argentino de Historiadores realizado en Tarija del 28 al 30 de Abril de 2010, el Prof. Edgar Murillo Huarachi –Miembro de la Sociedad Geográfica e Histórica de los Chichas- presentó un trabajo titulado “La región de los Chichas en la guerra por la Independencia”.
Bajo el título Trascendencia Geopolítica y Humana, el Prof. Huarachi expresa:
“La región de los Chichas por su situación geográfica estratégica durante la independencia, fue el paso más directo y obligado para comunicar a todos los centros de poder establecido en el Virreinato del Perú, el de La Plata, la Audiencia de Charcas y Potosí. Por esta situación, los ejércitos patriotas y los ejércitos realistas comprometieron seriamente a los chichas en sus acciones de guerra, tanto para mantener expedita esta vía como para crear cuarteles generales de estadía.
Desde el punto de vista económico, la región de los Chichas, ya desde tiempos pasados representaba un territorio bien poblado y por tener en su tierra una gran riqueza minera y una actividad agrícola extraordinaria que garantizaba la sobrevivencia humana. Pocas eran las regiones en esos tiempos que podían brindar recursos naturales para mantener y apoyar el sostenimiento de los combatientes de la Guerra de la Independencia.
Chichas tenía una formidable herencia guerrera heredada de la primitiva “Nación Chicha” y de los levantamientos indígenas que hubo en su territorio, particularmente el más cercano en 1781, cuando el caudillo Luis Lazo de la Vega desde Tupiza, asume el mando de las provincias de Chichas, Lípez, Cinti y Porco, hasta hacer temblar el poder español en el Sur del Alto Perú hasta el Norte Argentino. Por otra parte, dada la importancia que adquiere Tupiza, merece la visita del tercer hombre de la Revolución de Chuquisaca Don Bernardo de Monteagudo bajo el propósito de comprometer a los Chichas en lo que había hecho Chuquisaca el 25 de Mayo de 1809, sentimiento patriótico que se manifestaría en la gesta heroica de los 15 años.
Por estar dominado el territorio de los Chichas por los españoles a objeto de sus campañas militares, los combatientes chicheños muchas veces se integraron a las fuerzas de los Gauchos de Martín Güemes de Salta, a los ejércitos Auxiliares Argentinos de Buenos Aires, a las tropas del Coronel Juan José Campero en Yavi, así como a la Republiqueta de Cinti, dirigida por Vicente Camargo, a las fuerzas patriotas de Francisco Uriondo y de los Montoneros de Méndez en Tarija. Sin embargo, en momentos propicios actuaron en la guerra con identidad propia formando la mentada “Caballería Chicheña”, expresa el investigador.
Lo transcripto es un resumen de la Ponencia presentada en el Encuentro de Historiadores mencionado. Ofrece una breve caracterización sobre la región de los Chichas y su participación en la lucha por la Independencia.
III. NUESTRAS HISTORIAS Y LA INTEGRACION
Gabriel Servetto, Cónsul Argentino en Cochabamba (Bolivia) ante la próxima realización en aquella Ciudad del Encuentro de Historiadores Argentinos y Bolivianos, reflexiona sobre la integración en el marco del Bicentenario, expresando:
“Ante el comienzo de las celebraciones del Bicentenario parece atinado reflexionar acerca del tratamiento de la cuestión de la independencia en nuestras historiografías nacionales y sobre la incidencia de esta cuestión en el proceso de integración regional.
Desde un punto de vista integracionista, la consecuencia menos querida de la guerra de la independencia ha sido la “balcanización” de la región. Ocurrida esa dispersión, las nacientes repúblicas debieron construir nuevos “relatos” o imágenes del pasado que reemplazaran el que se acababa de desplomar. Hacia fines del siglo XIX se verificaron los principales esfuerzos historiográficos para construir nuevas identidades colectivas o nuevas “comunidades imaginadas” al decir de Benedict Anderson. Tristán Platt dice que fue conveniente deshacer lo que hasta entonces se hallaba unido. Desapareció la posibilidad de una dimensión identitaria regional, construyéndose en su lugar imágenes nacionales difícilmente conciliables, en las cuales la cuestión de la veracidad ocupó un lugar relegado.
Esa fragmentación de historiografías permitió a las noveles repúblicas recrear nuevas legitimidades y lealtades y unificar la formación de “ciudadanos y patriotas” a través de la enseñanza de la historia patria y de su evocación cuasi litúrgica. El pasado se volvió entonces una suerte de instrumento para amalgamar a las masas y hacerlas parte de una nueva fraternidad.
Luis Miguel Glave en “Un héroe fragmentado. El cura Muñecas y la historiografía andina” dice que “la afirmación nacional por contraposición con los vecinos ha sido una marca importante en el desarrollo de los discursos nacionales americanos, que se singularizaron respecto de un mismo tronco cultural (…) parcelando el conocimiento histórico como se parceló la realidad”.
De ese “descuartizamiento incruento” también fueron víctimas numerosos personajes cuyas biografías fueron segmentadas. Glave demuestra cómo Ildefonso Escolástico de las Muñecas fue uno de estos próceres que fue diseccionado por las diversas historiografías, en un afán de neto corte reduccionista.
Pongamos otros dos ejemplos que atañen a la Argentina y a Bolivia. Quizás pocos sepan que tres alto peruanos –digamos charquinos- gobernaron casi contemporáneamente tres provincias argentinas. El caso más conocido es el de José María Pérez de Urdininea quien gobernó San Juan entre 1822 y 1823. Pero también el potosino Diego Barrenechea gobernó La Rioja entre 1817 y 1820 y el tarijeño Gabino Ibáñez gobernó Santiago del Estero entre 1818 y 1820. De similar manera, unos pocos años después el mendocino José Videla Castillo gobernó Santa Cruz de la Sierra, mientras su comprovinciano José María Plaza estuvo al frente de la administración de Cochabamba.
Convengamos en que si el ánimo predominante hubiese sido el de resaltar las coincidencias o continuidades, esos datos, por cierto singulares, no hubiesen pasado prácticamente desapercibidos por nuestras historiografías, y serían saludables excusas para demostrar lo entramado de nuestros vínculos.
Es más, si tomamos el trato que ambas historiografías le dan a uno de estos personajes, José Videla Castillo, veremos que la disección parece practicada por un cirujano. En el Diccionario Biográfico de Cutolo – uno de los más conocidos en la Argentina – se pasa revista a numerosos hechos en los cuales participó Videla Castillo, tanto en la expedición de San Martín al Perú, como en la Guerra con el Brasil por la Banda Oriental y en las tremendas batallas en que el “Manco” Paz derrotó a Facundo Quiroga. Fue luego gobernador de su natal Mendoza hasta su derrota por el mismo Quiroga, el “Tigre de los Llanos” en la batalla de Rodeo del Chacón. Nada se dice, sin embargo sobre su desempeño en Santa Cruz de la Sierra!
Veamos ahora lo que dicen los historiadores bolivianos sobre José Videla. Se dice que era argentino, y más precisamente cuyano. Tuvo destacada actuación en el levantamiento del campo de prisioneros de Chucuito, y le tocó enfrentar la invasión brasilera de Chiquitos. Qué hizo antes de 1825, o después de 1826? Nada se dice! Ya podrán imaginarse los que esto leen que aquel José Videla Castillo y este José Videla son la misma persona, con su vida, y hasta su nombre perfectamente fragmentados.
Algo similar pasa con José María Plaza –otro mendocino-, primer prefecto de Cochabamba de la era republicana. La biografía de Cutolo tampoco dice nada respecto a su desempeño al frente de la prefectura de Cochabamba. No sorprendería que ocurriese algo parecido con la biografía de Barrenechea, u otros.
Podría argumentarse que estas cuestiones son secundarias, nada medulares. Es cierto. Pero ilustran sobre la vigencia de un paradigma que prefirió acentuar las diferencias, o al menos la desconexión. Una especie de recelo ocupó más la atención que la producción de estudios objetivos. Mucho menos podría hablarse de un volumen significativo de estudios conjuntos con enfoque regional.
Como afirma Antonio Mitre: “no importa cuál sea el objeto de estudio, estamos tan acostumbrados a encuadrarlo dentro de la división política que se inaugura con la creación de las repúblicas que el no hacerlo nos parece algo así como una violencia contra el orden natural de las cosas”.
Y cabe preguntarse si ello no atenta contra los esfuerzos de integración que estamos realizando, dado que probablemente muchos de los contenidos desarrollados en aquella lógica aun sigan produciendo efectos disolventes.
Da la sensación que el Bicentenario es la ocasión propicia para intentar re articular lo que siempre debió estar articulado, o para construir una historia de la integración. Por esa razón parece muy plausible la realización del primer encuentro de historiadores de la Argentina y Bolivia, que tendrá lugar en Cochabamba en julio de 2010. Quizás nos ayude a mirarnos más y permita rebatir la idea de que los límites del análisis historiográfico son las fronteras actuales”.
IV. CORREO DE LECTORES
• La Dra. Norma Ledesma agradeció el envío del Boletín Güemesiano Nº 120 el que “incluye material muy relevante de la actuación de las provincias del Norte en nuestra epopeya independentista y los costos económicos y en hombres que la misma significó. Es interesante como destaca la participación de algunos hombres como Juan Antonio Álvarez de Arenales, Juan José Feliciano Fernández Campero y el mismo Güemes, sin olvidar que al mismo tiempo constituyó una epopeya de toda la sociedad, en la figura de los gauchos y sus mujeres. Además de la participación en actos de homenaje al natalicio del Gral. Güemes, que hicieron visible la presencia de los gauchos de Güemes en la ciudad de Buenos Aires”.
• Néstor Genta expresó que los Boletines “ayudan a conocer parte de la historia argentina olvidada”. El lector expresó su anhelo de realizar un nota sobre J José F Campero y se interesó sobre bibliografía relacionada con el prócer.
• Desde Tucumán, Jesús Hipólito Ferré hizo conocer su beneplácito y reconocimiento al Boletín por los aportes que permanentemente realiza para con la historia de Latinoamérica, agradeciendo especialmente lo publicado respecto a Juan José Fernández Campero.
V. AGENDA GUEMESIANA ABRIL DE 2010
En Buenos Aires:
6 de Abril: Participó en el Programa “Bicentenario en la Folklórica” emitido por Radio Nacional Folklórica. Conducido por Miguel Simón y el doctor Hugo Chumbita.
7 de Abril: Difundió telefónicamente la repatriación del Cnel. Juan José Fernández Campero, en el Programa conducido por el señor Miguel Vicente, por Radio Nacional Folklórica.
13 de Abril: Remitió material relacionado con la Gesta Güemesiana al Programa “Viví lo nuestro” que se difunde por Canal 26, a solicitud de su productora.
14 de Abril: Diálogo telefónico con Ricardo Seco, conductor del Programa “Un toque personal” de FM Tiempo de Río Turbio (Prov. de Santa Cruz) sobre la Obra “Abanderadas del Patriotismo”.
15 de Abril: Asistió a la inauguración de la Muestra “Mujeres de la Revolución” de Rodrigo Peiretti, realizada en Milion, C.A.B.A.
En Salta:
8 de Abril: Entrevista con el Administrador Gral. de diario “El Tribuno” y el Jefe de Redacción, con quienes dialogó sobre material de difusión de la Gesta Güemesiana.
26 de Abril: Fue entrevistada por Andrés Suriani, conductor del Programa “Alto Perfil” que se emite por Canal 2. En la oportunidad se trató la difusión de la gesta a nivel mundial a través del Boletín Güemesiano Digital y la repatriación de los restos del Cnel. My Juan José Fernández Campero.
En Jujuy:
8 de Abril: Asistió a la apertura de la III Reunión de la Familia Campero en San Salvador de Jujuy; a la Proyección del video de la Familia y al acto de presentación del libro “Caminando. Sendero Poético de los Campero”, realizados en el Salón Cultural Pregón.
Diálogo sobre temas históricos con investigadores de Tucumán, Jujuy y Tarija.
9 de Abril: Representó al Instituto Güemesiano de Salta en el Acto Oficial en honor al Cnel. Juan José Feliciano Fernández Campero, realizado en la Catedral de San Salvador de Jujuy.
Entregó un reconocimiento al doctor Rodolfo Martín Campero por su compromiso con la historia patria, consistente en una Medalla con la imagen del Gral. Martín Güemes.
Entregó Bibliografía Güemesiana a la Biblioteca Popular de Jujuy, la que fue agradecida por nota de la Comisión Directiva el 12 del mismo mes.
10 de Abril: Visitó el Museo de Arte Sacro San Francisco de San Salvador de Jujuy. Entregó material bibliográfico sobre el Gral. Martín Miguel de Güemes y sobre Juan José F Campero.
En Tarija:
(Bolivia)
28 de Abril: Participó en el Encuentro Boliviano Argentino de Historiadores, EBAH 2010. Previo al acto de apertura hizo entrega de material bibliográfico sobre la Gesta Güemesiana al Cónsul Argentino en Tarija, al Rector de la Universidad Católica Boliviana Regional Tarija, al doctor Oscar Lazcano Henry y al Jefe del Archivo Histórico de Tarija.
Expuso la Ponencia “La Repatriación del Cnel. My Juan José Fernández Campero”, en el auditorio de la Universidad Católica Boliviana Regional Tarija.
El Rector de la Regional U.C.B, Lic. Mario Limarino Cazón, le entregó una nota de agradecimiento por la Bibliografía donada, consistente en material impreso por el Instituto Güemesiano de Salta y tres discos (conteniendo las 120 ediciones del Boletín Güemesiano Digital y dos obras Güemesianas integrales).
29 de Abril: Expuso la Ponencia “Héroes del Bicentenario en el Cancionero Popular”, en el auditorio de la Universidad Católica Boliviana Regional Tarija.
El Jefe del Archivo Histórico de Tarija le hizo entrega de un ejemplar del libro “Doña Juana Azurduy de Padilla” de J. Gantier.
El doctor Oscar Lazcano Henry le obsequió la obra de su autoría.
VI. PALABRAS FINALES
Asistir al Encuentro de Historiadores recientemente desarrollado en Tarija fue importante tanto desde los contenidos compartidos como desde lo emotivo.
Conocer y dialogar con el Cónsul General de la República Argentina, doctor Luis Eugenio Bellando, la Dra. Patricia Pagliari, el ex Pdte. de Bolivia, Jaime Paz Zamora, el investigador Pablo Bass Werner, el doctor Oscar Lazcano Henry, ex Embajador Plenipotenciario en Colombia y autor de numerosas investigaciones, fue enriquecedor además de cálido. Les debo un profundo agradecimiento por el afecto y los reconocimientos expresados.
A la Dra. Pagliari, mi especial gratitud por haber representado al doctor Bellando en la Conferencia dedicada a Juan José Fernández Campero y por el valioso documento que me entregó, relacionado con la gesta libertaria.
A Aleida Gricel Fajardo le agradezco la alegre compañía y su exquisito buen humor. A Elías Vacaflor Dorakis, la convocatoria, su desempeño como moderador y el eficiente trabajo de su equipo que nos asistió durante el Encuentro. A José Paz Garzón, el recibirme en su hogar con la mesa tendida, junto a su familia. A Javier Campero, su amistad y a Rodolfo Martín Campero confiar en que podría representarlo y que sería merecedora de hablar sobre la repatriación de Fernández Campero.
Desde los sentimientos, mi especial gratitud a Pablo B Werner, que tuvo la grandeza de compartir conmigo los misterios del antiguo poncho rojo que atesora entre sus guardas y cuello, los colores de la bandera argentina. Y a Oscar Lazcano Henry, su alentadora complicidad y apoyo, que en breve pero intenso tiempo, tejió el precioso vínculo que hoy nos hermana.
Prof. María Cristina Fernández
Académica del Instituto Güemesiano de Salta
macacha@infovia.com.ar
http://www.martinmiguelguemes.com.ar/