
La Revolución de Mayo y el mito de los orígenes
Todos los argentinos sentimos algo especial por el 25 de mayo. De alguna forma, de modo tácito, celebramos el “nacimiento de la patria”; sentimos ese día como una especie de fecha común de identidad de nuestra sociedad, suponiendo que desde entonces es así sin importar los enormes cambios que el país y su población haya sufrido en el trayecto. Y los discursos escolares nos fijaron –a los anteriores a nosotros, y a nuestros descendientes– esa idea de que “allí comenzó todo”.