El patio de la Celda y Sala Capitular del ex Convento de Santo Domingo será, este 25 de febrero, sede de la celebración del natalicio del General Don José de San Martín. Allí se alojó el General durante la preparación de la campaña libertadora y Caminos Culturales lo visitó junto al arquitecto Jorge Martín, Director de Patrimonio de San Juan quien contó cómo cada año se recuerda al Libertador por su abnegada personalidad y su espíritu de lucha, características que le permitieron emprender y alcanzar una valiosa gesta para el continente, gesta que comenzó con el Cruce de los Andes.
“Es un día para recordar con orgullo; es el aniversario del nacimiento de un gran hombre que tuvo la grandeza de preparar inmensos proyectos para la Patria y mantuvo la humildad que lo caracterizó hasta el fin de sus días. Para San Juan, no solo es un gran militar, sino también el Gobernador de Cuyo que demostró ser un gran gobernante y estadista”, afirmó Martín. A las celebraciones organizadas por el Ex Convento de Santo Domingo se sumará otro Monumento Histórico de San Juan relacionado con la gesta sanmartiniana: el Paso de Las Yaretas, ubicado en el actual límite entre la Argentina y Chile, paso por el que San Martín cruzó a Chile antes de librar la batalla de Maipú.
El Cruce de los Andes fue realmente una epopeya digna de un hombre que siempre soñó con la libertad de los pueblos: “Cuando uno se adelanta a pensar lo que puede ser un cruce de esta magnitud, lo imagina como una verdadera aventura, recorriendo a lomo de mula montañas y ríos, atravesando diferentes climas y paisajes, durmiendo con el cielo estrellado como techo. Pero una vez que inicia, y a medida que van transcurriendo los días, comienza a descubrirse otra vivencia del cruce, una más profunda y simbólica, podría decirse que casi sobrenatural”, describió emocionado Luis Alonso, antropólogo que forma parte de la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia.
Alonso realizó el Cruce de los Andes con la importante tarea de recabar testimonios, documentar y poner en valor el trabajo de arrieros y baqueanos en las distintas etapas del Cruce, personas que, en sus palabras, “fueron fundamentales para la Campaña Libertadora ideada por el General San Martín”. Esta no es una acción aislada, sino que complementa una tarea mayor: el reconocimiento de las Rutas Sanmartinianas —el trayecto de los cruces en San Juan y el resto de las provincias argentinas involucradas— como Patrimonio de la Humanidad.
“El Cruce no es solo un homenaje o un acto para recordar un importante acontecimiento histórico, es un verdadero ritual que revive la realidad seminal de nuestra fraternidad nacional y sudamericana”, agregó. Para él, “todo el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad de las distintas almas que colaboraron en la gran epopeya sanmartiniana de los Andes renacen con cada Cruce en los consejos y palabras de aliento, en la prenda de ropa prestada, en el alimento compartido, en la constante ayuda y la buena predisposición del cuerpo médico y los baqueanos para que podamos viajar de la manera más cómoda y segura”. La experiencia del Cruce es una forma de acercarse a la historia de nuestro país y vivir en primera persona la magnitud de aquella gesta.
Fueron muchos los valores que San Martín nos legó, aunque para el Director de Patrimonio lo más valioso fue que es posible imaginar epopeyas en pos de la libertad y la grandeza de la Patria, pero que es necesario trabajar enormemente para intentar hacerlas realidad. Por su parte, Alonso expresó que quizás, “abrazar la actitud sanmartiniana de entrega y servicio nos parezca algo duro y difícil, pero en el fondo también sabemos que es algo en lo que se juega nuestro propio destino como nación”.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
Crédito fotográfico: Luis Alonso
