El consumo en exceso de dulces puede causar problemas de salud y es una de las cuestiones sobre las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca crear conciencia. Mantener una dieta saludable y regular el consumo de productos y alimentos con elevados contenidos de azúcar contribuye a evitar la malnutrición —en cualquiera de sus manifestaciones— y las enfermedades crónicas no transmisibles como las caries, el sobrepeso y la predisposición a padecer diabetes tipo 2, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer.
OSPAÑA, desde su dirección médica, recomienda que el consumo de azúcar se limite a menos del 5 o 10% de la ingesta calórica total, aunque su control no es sencillo ya que se encuentra en numerosos productos y bebidas industriales que forman parte del día a día. En el caso de los niños, las golosinas y los productos de pastelería que suelen consumir contienen elevados niveles de azúcares simplesde rápida asimilación, así como sodio, grasas trans y saturadas. Por otra parte, las bebidas de tipo “cola” tienen, además, un alto contenido de cafeína y fósforo que puede causar, a largo plazo, hipertensión arterial y osteoporosis.
En cuanto a los aditivos artificiales —colorantes, saborizantes y conservantes, entre otros—, estos pueden influir en las funciones del sistema nervioso y traducirse en hiperactividad, falta de concentración, ansiedad o una baja de defensas. También pueden provocar reacciones alérgicas y causar vómitos, diarrea, cólicos o dolor abdominal al consumir una gran cantidad del producto en el que se encuentran.
El control de la ingesta de dulces debe comenzar en la infancia y es tarea de los padres ir fomentando una alimentación saludable que incluya dulces pero que esté fundada en otro tipo de alimentos más nutritivos y beneficiosos para la salud. Los alimentos deben contener, por ejemplo, proteínas, fibras, grasas “buenas” y nutrientes protectores vasculares, que se encuentran en las frutas —frescas o deshidratadas—, entre otros. Es importante destacar que no deben prohibirse los dulces sino dosificarse para generar así hábitos saludables y conciencia alimentaria en los niños.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
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