La Confitería Garcés, una joya gastronómica en el centro de Jáchal

La Confitería Garcés, una joya gastronómica en el centro de Jáchal

La Confitería Garcés guarda una historia familiar que se remonta al año 1928. Sitio de encuentro obligado para los jachalleros en procura de un buen café molido y aromático, un clásico juego de dados o un rico vino sanjuanino, quienes visitan sus instalaciones jamás salen defraudados. Fundada por Don Salvador Garcés Sánchez, un inmigrante español que quedó encantado con el estilo que la construcción aún mantiene, la Confitería guarda en sus característicos muros verdes, los secretos, risas y tonadas de innumerables comensales bajo un pintoresco techo de caña. En la decoración, muebles antiguos de madera y distinguidas carameleras se funden con las fotografías de los artistas que por allí pasaron. Don Salvador, junto a su esposa Pilar y sus siete hijos, fueron la piedra basal de este emblemático establecimiento jachallero.

Esta entrañable Confitería, es atendida actualmente por sus dueños, Juan Garcés y esposa, quienes a diario ofrecen sus servicios con sonrisas y amabilidad, además de realizar un recorrido por las históricas instalaciones. A modo de reseña, Juan nos cuenta: “En sus inicios, la Confitería funcionó como hotel, como parador; en esos tiempos salían y llegaban coches de alquiler y carretones. Las instalaciones se han mantenido en el tiempo como consecuencia de un trabajo constante de cuidado. Don Salvador era un gringo muy trabajador, hosco y de pocas palabras, nacido en un pueblo de Valencia llamado Jalón”.

Muy temprano en la mañana, cuando el sol de Jáchal va calentando la ciudad, los habitués van llegando uno tras otro para tomar un reconfortante café. Y Juan prosigue: “Brindamos un trato servicial. A las ocho, bien temprano, servimos el desayuno. A medida que transcurren las horas, el público va cambiando. Hay gente que viene de la zona rural de Jáchal, mientras que otros se acercan a la zona por trámites bancarios o comerciales. Pero todos buscan un lugar tranquilo. Luego, hacia las once, aparece otro público, entre campestre y céntrico. Ya al mediodía, son los habitués quienes ‘copan la parada’: gente que gusta de nuestro tradicional vermouth. Para la tarde, el caudal de visitantes disminuye; y ya no son jachalleros”.

La Confitería Garcés es única en Jáchal. No existe otra que brinde un servicio tan esmerado, en un ámbito de tradición y raíces bien definidas. Al fondo del local, se nos revela un patio con paredes de adobe que invita a la evocación de tiempos legendarios. La Confitería Garcés, una joya jachallera que trascendió a varias generaciones. Y que siempre apuesta por más.

Patricia Ortiz

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