Entrevista a Matías Nan, exalumno del Instituto Mallea, donde cursó la Tecnicatura en Corrección de Textos. Matías trabaja en el lugar donde recibió todas las herramientas que lo formaron como profesional y docente.
– Por qué elegiste esta carrera?
Me gusta el mundo de las Letras y, por este motivo, decidí anotarme en esta carrera que comenzó en 2011 y terminó en 2013; actualmente trabajo en modo free lance.
-¿Qué herramientas te ha dado el Instituto?
Conocimientos profundos en el campo de las Letras e, intelectualmente, una formación sólida que me ha beneficiado en la carrera del Profesorado Universitario en Letras, que comencé una vez egresado del Instituto Mallea, cuya rectora es la Mg. Lina Mundet.
-¿Qué profesores destacas?
Destaco a muchos; a Adriana Santa Cruz, por su dedicación y amor por la enseñanza; ella me impulsó a tomar el camino de la docencia. Además, todo el contenido de sus materias ha sido de mucha ayuda en la carrera universitaria.
Por otro lado, destaco a las profesoras Adriana Pérez, María Martha Arce y Roxana Carbone por sus conocimientos en Sintaxis y Gramática los cuales me facilitaron los pasos por la carrera del profesorado.
En tanto, Carolina Kelly y Osvaldo Becker me inspiraron el amor por la Literatura; su forma de dar la materia despertaron en mí la pasión por las Letras, por la literatura latinoamericana y, especialmente, por Borges.
-¿Qué otros cursos realizarías en el Instituto?
La Tecnicatura en Redacción de Textos.
-¿Qué frase expresada por la rectora Lina Mundet te ha impulsado, luego de recibir tu diploma?
Recuerdo que, durante el último año de cursada, con ánimos de alentarnos a continuar a pesar del cansancio, nos dijo que, a veces, trabajamos mejor bajo presión; si no estuviéramos trabajando o realizando nuestras actividades de rutina, eso no implicaría que nos hiciéramos más tiempo para estudiar. Nos hizo reflexionar sobre la importancia de la energía que le ponemos a nuestros proyectos, y que esa energía no está supeditada a nuestras otras actividades.
-¿Qué te motiva del mundo de las Letras?
Es un lugar fantástico que me permite construir un universo paralelo de saberes y placeres libres. Además, se corresponde con mi desarrollo y crecimiento profesional en donde, citando a Bourdieu, las experiencias adquiridas me dan la posibilidad de aportar cambios a mis «condiciones objetivas» para modificar o ampliar mis «disposiciones internas» con el fin de trabajar sobre ese «hábitus» tan estructurado con el que nacemos pero que, gracias a este campo literario tan libre, podemos superar.
-¿Qué diferencia encuentras en la tarea docente y tu experiencia como alumno?
Hace cinco años que trabajo en el Instituto y me siento muy a gusto en este lugar. Encuentro en mi trabajo un paralelo muy simétrico con el rol de alumno ya que, en ambos lugares, se aprende. Incluso, como docente se aprende más, se afianza más, se disfruta más y se crece más como alumno que cuando uno tiene ese rol.
Patricia Ortiz
