Entrevista a Enrico Blatti, compositor y director italiano de “¡Revolucionario!”, un tributo a Astor Piazzolla

En su último trabajo discográfico, el gran compositor recorre las obras del genial Astor Piazzolla interpretados por la Blue Chamber Orchestra, que él mismo dirige.

“¡Revolucionario!” es no sólo un tributo al gran músico argentino, sino que es en sí mismo una creación. Enrico Blatti combina los instrumentos que, en manos y voces de sus músicos, desatan melodías que gritan el nombre de Piazzolla y lo actualizan. Flauta, saxo, piano, contrabajo, trombón, xilofón, batería y acordeón, entre otros, salen a escena y mecen los sentidos. La voz de Eva López hace de “Oblivion” un himno al tiempo, que parece tan corto…

—¿Cuál es su historia con la música?

—Yo he estudiado música desde 1979 y he recibido seis diplomas del Conservatorio. En mi casa, mi padre y mi abuelo eran muy apasionados por la música clásica: ¡viví rodeado de partituras y de instrumentos!

—¿Es este su primer trabajo en Italia?

—No. He escrito y creado mucha música en Italia para ensamble, para orquesta, para teatro, para TV, y este es el cuarto CD.

—¿Por qué eligió a Piazzolla? ¿Qué encuentra en este músico argentino?

—Yo soy un admirador de Astor Piazzolla y un estudioso de su música. Él fue un revolucionario y me produjo muchos sentimientos. Me interesó mucho incluir en mi CD temas famosos como “Oblivion”, que fue nominado en febrero de 1993 en Los Ángeles para los premios Grammy Awards en la categoría Mejor Composición Instrumental. Este es un tema que habla del olvido y está interpretado por la dulce voz de Eva López. También recordamos “Adiós Nonino” y “Libertango” con nuevos arreglos, y también incursionamos en el no tan conocido “Todo Buenos Aires”

-Fue hermoso escuchar y dejarme llevar por las diferentes estaciones en su trabajo. ¿Qué sensaciones vivió al ir recorriendo con la música el verano, el invierno, el otoño.

– Las estaciones porteñas son hermosas y muy evocativas. Cada una tiene su particularidad y su encanto: el invierno con su traje oscuro; la primavera con su magia y su juventud; el otoño con su color dorado en las hojas. Para quienes vivimos en Roma, la palabra verano es sinónimo de alegría, de flores y de color.

—¿Cómo compuso esta bellísima versión de “Adiós Nonino” que ofrece otra forma de dar un adiós a alguien muy querido?

—Adiós Nonino es un tema fantástico, sobre todo por su historia. Yo he escrito este arreglo pensando en mi abuelo, que murió hace unos años. Creo que la interpretación de Eva Kupiec fue maravillosa.

—¿Cómo nace el nombre Blue Chamber Orchestra?

Blue es el color de nuestro país y chamber orchestra, en inglés porque es el idioma “internacional”.

—¿Cómo ha funcionado este CD en Italia? ¿Ha realizado otros trabajos con temas de músicos argentinos?

—Quienes integramos el conjunto, vivimos en Roma. El CD está distribuido sobre todo en Internet, pero tienes buenas repercusiones sobre la estampa de Italia. En 2001, nosotros hemos grabado otro CD sobre Astor Piazzolla, con Marcelo Nisinam al bandoneón.

—¿Quiénes han sido sus maestros? ¿Quiénes sus preferidos? ¿En quién se inspira?

—Los maestros más importantes para mí son: Gil Evans, Miles Davis, Igor Strawinsky, Astor Piazzolla, Egberto Gismonti, Bela Bartok.

—¿Cómo es un día de Enrico Blatti?

—El día de Enrico es un día de música, de estudio, de lectura y, sobre todo, de hablar con los amigos. El amor juega un papel importantísimo en mi vida.

—¿Cuál ha sido la emoción más grande que ha tenido como artista?

—En mi vida, el momento que recuerdo con un gran regocijo fue cuando dirigí mi conjunto en el teatro Gran Rex, en Buenos Aires, muchos años atrás. El teatro estallaba y la gente aplaudía sin descanso: fue una gran emoción.

Patricia Ortiz

Blue Chamber Orchestra

Rossella Montanari/ flauta

Annarita Argentieri / Oboe

Raffaele Covello/ Clarinete

Antonio Amanti/ Saxo

Gianluca Sulli/ Clarinete

Massimiliano Cantoni/Bajo

Andrea Camilli, Giovani Todaro/Trompeta

Nicola Chesti/Trombón

Maurizio Luciani/Doble bajo

Emiliano Barnia/Xilofón y percusión