El Club Español de Buenos Aires atesora el “Salón de la Alhambra”, una expresión del arte mozárabe

El Club Español de Buenos Aires atesora el “Salón de la Alhambra”, una expresión del arte mozárabe

Entrevista a Juan Carlos Sánchez, Gerente del Club Español de Buenos Aires. La histórica entidad, emblemática para su colectividad, es la más antigua sociedad de españoles en el Exterior. Su valioso edificio sede, atesora el “Salón de la Alhambra”, una destacada expresión del arte mozárabe. Actualmente, Sánchez trabaja junto al Presidente de la entidad, José Benito López Carballedo, y con el aporte de su Comisión Directiva, en la puesta en valor de esta verdadera joya de la arquitectura.

Caminos Culturales: -¿Cómo se tomó la decisión de iniciar la restauración?

Juan Carlos Sánchez: -Era una vieja aspiración de hace varios años, cuando los marouflages ya presentaban problemas. En las dos últimas reuniones de Comisión Directiva hablamos sobre el tema y decidimos llevarlo adelante. Abordamos el proyecto con el aporte del Arq. Hugo Rodríguez y su estudio.

Estela Court y Juan Carlos Sánchez
Estela Court y Juan Carlos Sánchez

CC: -¿Quién lleva adelante los trabajos?

JCS: -Descansamos en el trabajo de la Lic. Estela Court, una de las restauradoras más reconocidas en el país. El trabajo desarrollado por su equipo comenzó en octubre pasado, y reviste diferentes particularidades; debido a las humedades ascendentes y por roturas en desagües pluviales, se deterioró la base sobre la que se encontraban montadas las obras. Para evitar que la contaminación de microorganismos, sales solubles e insolubles, afecte a las pinturas, se resolvió realizar el traslado de las telas pintadas (marouflage) a un soporte inerte, de idéntico formato, para ser colocado a una distancia de 10 mm del muro (previamente tratado). El material utilizado es aluminio compuesto, una cara pintada con resina (PVDF), que presenta resistencia química a los ácidos y bases, a la abrasión, y también es retardante a la flama, al esfuerzo mecánico, con resistencia al impacto, estabilidad térmica y facilidad de procesamiento. Respecto a los marouflages, acordamos retirarlos despegándolos del muro y montándolos antes de su restauración en una placa de aluminio compuesto de 4 mm de espesor, con dos rieles del mismo material. Esta acción demanda un enorme esfuerzo, ya que cada uno de los sectores donde están colocados, no fue confeccionado con un molde, por lo que cada uno es diferente al otro. Así, es necesario ir recomponiendo cada uno en forma individual.

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CC: -¿Recibieron el asesoramiento de la Comisión Nacional de Monumentos por tratarse de un bien tutelado?

JCS: -Así es. En la Comisión saben que la restauración de un bien tan significativo es por demás ponderable. Como el Organismo no maneja un presupuesto para este tipo de puesta en valor, sus autoridades celebran que la obra sea llevada adelante por un equipo de excelencia en la materia.

CC: -¿Qué significa para usted asistir a la restauración de este bellísimo Salón?

JCS: -Pensamos que para septiembre de este 2019, el primer tramo estaría concluido, pero ahora lo estimamos difícil. Hemos recibido la colaboración de la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales de la Embajada de España para encarar la obra, pero aun así, la partida no alcanza para llevarla a cabo en toda su dimensión. De cualquier modo, tenemos pensado que, en el peor escenario, los costos se afrontarán con el aporte del propio Club o de algún socio relevante. En lo personal, me he tomado esta tarea como un desafío. Cuando llegue aquí con el Presidente López Carballedo, en el lejano 2005, existían muchas dificultades y deterioros de infraestructura, que en su mayoría hemos ido resolviendo.

El Club Español de Buenos Aires atesora el “Salón de la Alhambra”, una expresión del arte mozárabe
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CC: Volviendo un poco la historia de esta significativa asociación, ¿cuándo fue fundado el Club Español?

JCS: -El 5 de septiembre de 1852, aunque el edificio comenzó a construirse en 1908 y se concluyó en 1911. La inauguración oficial fue recién en 1912, para hacerla coincidir con los 100 años de las Cortes de Cádiz de la Constitución Española (1812). La nueva sede social se denominó “Palacete” o Palacio del Club Español. Se trata de un muy importante emblema español en la ciudad, y de la más antigua Asociación Civil de España fuera de su territorio. Fue reconocido como Sitio de Interés Cultural por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y como Monumento Histórico Nacional por el Poder Ejecutivo.

El Club Español de Buenos Aires atesora el “Salón de la Alhambra”, una expresión del arte mozárabe
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CC: -¿Cómo fueron los orígenes del Club?

JCS: -Hacia finales de 1910, cuando aquí se conmemoró el primer Centenario de la Revolución de Mayo, el Club tenía varios propósitos a la vista. Uno de ellos fue el de iniciar una campaña para implantar un monumento aquí como ofrenda a los argentinos. Y luego, un recordatorio en la planta inferior, que reflejara los más de siete siglos de dominación árabe en España. La Comisión de Objetos Artísticos de entonces estaba integrada por Don Francisco Villar, entre otros notables. A él se le encargó plasmar en el subsuelo una obra inspirada en el arte mozárabe. Tiempo después, Villar realizó un viaje a la Feria de Sevilla, donde conoció a una artista singular, la primera pintora admitida como tal en la Real Academia de Francia. Al transmitirle lo que estaba buscando, comenzaron una relación y se trasladaron a la Alhambra de Granada. Allí entendieron que podían reflejar su majestuosidad en el subsuelo del Club Español.

Estela Court y su equipo de restauradoras
Estela Court y su equipo de restauradoras

CC: -¿Y así lo hicieron?

JCS: -Exacto. Volvieron a Buenos Aires con la idea de plasmar (salvando las distancias de volumetría, tonalidades y estucados) lo que se llamó en ese tiempo “Sala de Embajadores de la Alhambra de Granada”. Léonie Matthis fue quien realizó los marouflages, ya que Don Francisco Villar, noble caballero español, cedió su protagonismo en la obra, trabajada por ambos. Villar se encargó del estucado por ser un excepcional modelista, pintor y copista. En el Club aún se conservan copias de su autoría de obras de El Greco y Velázquez, realizadas en óleo y pastel.

CC: -¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en el Club Español?

JCS: -Tengo una gran pasión por el dibujo y la pintura. En el pasado estudié Historia del Arte y me siento contento de poder aportar algunos conocimientos en diferentes técnicas. Conocimientos que, por cierto, compartí con inmenso placer con un investigador y experto en arte de gran prestigio, el Dr. Wilfredo Rincón García, quien nos visitó recientemente. Felizmente, este especialista potenció el patrimonio del Club incorporando al catálogo razonado del renombrado artista español Francisco Pradilla y Ortiz, su obra -propiedad del Club Español- “Locura de Amor”. El edificio que ocupa nuestra sede presenta características muy propias, de inmenso valor, es una gran fortuna poder trabajar en un sitio tan representativo para nuestra comunidad como para los porteños todos.

CC: -Si tuviese que titular el momento en que finalice la restauración del “Salón de la Alhambra”, ¿cómo lo haría?

JCS: -”Final de un deseo cumplido”.

Patricia Ortiz

Crédito fotográfico: Caminos Culturales

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