El Centro Cultural Plaza Castelli es un lugar de encuentro de los artistas

El Centro Cultural Plaza Castelli es un lugar de encuentro de los artistas

En una propiedad privada, en un lugar excelso del barrio de Belgrano R, la gente se renueva día a día. Entran, permanecen horas, toman café, visitan las muestras, toman cursos y disfrutan de seminarios. Alguna vez, esta casa no tuvo pisos ni techos, pero sí paredes húmedas y descoloridas y un sótano inundado. Sandra de los Ángeles Juárez, la directora ejecutiva, fue quien realizó el cambio que hoy disfrutan quienes visitan el Centro Cultural Plaza Castelli.

Centro Cultural Plaza Castelli

Centro Cultural Plaza Castelli

“El lugar estaba en pésimo estado de conservación. Lo construimos por completo luego de importantes esfuerzos económicos, ya que el objetivo se centró en que el patrimonio histórico del barrio se mantuviera. Es una gran satisfacción comprobar que solo con el boca a boca los artistas quieren participar con sus obras”, explicó de los Ángeles Juárez, quien nos acompañó a visitar el jardín, un lugar de encuentro para un público que siente la necesidad de hacer una pausa en su vida. Es por este motivo que a ella le gusta trabajar y generar actividades que se relacionen con la comunidad. Su gran sensibilidad está orientada a la búsqueda constante de una buena performance de arte, de fotografía o de pintura: “La diversidad y calidad en el arte hace que la gente vuelva”, dice.

Mane Bernardo

Mane Bernardo

Esta línea de pensamiento se conjuga con la exposición de la muestra de Mane Bernardo, una artista que, de acuerdo con quienes la conocieron o estudiaron su obra, supo vivir con las decisiones que creyó tomar de una manera audaz y creativa.

Mane Bernardo, una artista se expuso en el Centro Cultural Plaza Castelli desde el 15 de agosto al 2 de septiembre de 2013. El espacio se constituyó en octubre de 2012 en un lugar participativo para la cultura y un lugar de encuentro de la sociedad de los artistas. “Pretendemos acercar el arte a la gente. Se construyó con la energía y la pasión de quienes lo componen. Desde que se restauró la casa, la obra de pintores, novelistas, periodistas, escultores, críticos de arte desfiló por la sala. Es muy placentero llegar y recorrer su frondoso jardín, tomar un café, escuchar música o visitar el auditorio.

Doctor Eduardo Depiano

Doctor Eduardo Depiano

La muestra fue expuesta bajo la dirección del curador Fernando Quevedo Orden, quien fue muy generoso en el modo de homenajear y rescatar el espíritu de la artista.

“La muestra se realizó a beneficio de la Fundación Mane Bernardo-Sarah Bianchi. Todos conocen su obra como titiritera, pero también escribió poemas, fue excelente pintora, escultora, escritora. Se conocieron otras facetas de su obra en el año en el que se cumplieron 100 años de su nacimiento” explicó: Quevedo Orden.

“Presentamos esta exposición porque consideramos que está muy olvidada en los anales de la pintura y la plástica argentina. Mane fue el puntal de mucha gente. Si miramos un cuadro, pensamos que es contemporáneo y sin embargo tiene 60 años”, dijo el doctor Eduardo Depiano, presidente a cargo de la Fundación Mane Bernardo-Sarah Bianchi.

Sandra de los Ángeles Juárez, directora ejecutiva y Bernardo Quevedo Borde, curador de la muestra

Sandra de los Ángeles Juárez, directora ejecutiva y Bernardo Quevedo Borde, curador de la muestra

Mane Bernardo no era una artista que se conformaba solo con sentarse frente a un lienzo para expresar su arte. Ella pasó por todas las técnicas de la plástica: el óleo, el esmalte, el grabado, la acuarela, el agua tinta. Además, fue escultora y profesora en las Escuelas de Arte Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón.

“Intuimos que fue una de las primeras que introdujo el arte no figurativo en la Argentina. Viajó a Londres y luego regresó a Buenos Aires, donde comenzó con la figuración estrictamente académica. Fue dirigiéndose lentamente hacia este lugar a través de una transición en la que mostró con astucia los cambios que incluyen la imagen y la fuerza. Sostenía en sus pinturas el sentimiento de una época”, agregó Depiano, quien no se animó a definirla en una sola palabra.

Muestra "Mane Bernardo, una artista"

Muestra «Mane Bernardo, una artista»

En la sala, más de 30 obras de Mane Bernardo se expusieron de acuerdo con una evolución cronológica. Un trabajo en carbonilla fue el inicio; luego avanzó con la serie de ciudades de Estados Unidos; deslumbró con la mujer desnuda en blanco de estilo semicubista; en otro, los colores se mezclaban con determinación y estilos… hasta llegar al autorretrato, su última creación. En la vida de Mane Bernardo, Sara Bianchi fue su gran compañera de carrera y quien sostuvo su mano el día de su muerte.

Muestra "Mane Bernardo, una artista"

Muestra «Mane Bernardo, una artista»

El legado que dejó Mane es inmenso y hoy descansa en las 200 obras atesoradas en la Fundación Mane Bernardo-Sara Bianchi, que preside el arquitecto Julio Cacciatore: “Es a través de exposiciones en espacios como este donde difundiremos el arte que atrajo por lo pasional y diverso: necesitamos continuar con la fundación y, sobre todo, con el Museo del Títere; queremos ponerlo en condiciones y modificarlo para ampliar la sala de espectáculos, que es muy pequeña. Era dueña de una personalidad fascinante, cuyas aristas se despliegan en sus cuadros; la transgresión marcaba con su estilo las variaciones técnicas que la distinguieron sin lograr encasillarla”, contó Eduardo Depiano.

Ya en su juventud, Romualdo Brughetti se refirió a Mane Bernardo en Historia del Arte como una artista zaorì que, además de pasar de una técnica a la otra, estaba en permanente evolución.

Centro Cultural Plaza Castelli

Centro Cultural Plaza Castelli

Mane era sin duda una persona perspicaz y escrudiñadora, muy curiosa. Ella muestra su esencia en la búsqueda permanente, la cual fue considerada como indefinida a su obra o camino vacilante. El arquitecto Cacciatore recordó cómo movía sus manos: “Vuelven a mi memoria los gestos en el ir y venir del pincel y el lápiz: me escondía en algún lugar para verla trabajar y contemplar el diálogo que se producía entre ella y el arte que surgía de su rico espíritu”.

Patricia Ortiz

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