Arturo Jauretche, el pensador del siglo XX, fue evocado en la Feria Internacional del Libro

Arturo Jauretche, el pensador del siglo XX, fue evocado en la Feria Internacional del Libro

La Feria Internacional del Libro es una vitrina en la que se exponen las obras de escritores, editores y productores. Es un escenario único donde se realizan diversas propuestas en el marco de un gran programa cultural que marcó en su agenda el viernes 24 de abril de 2015 a las 18:30 para presentar Pensar a Jauretche, en la Sala Javier Villafañe del visitado predio rural.

El presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, fue el compilador del texto colectivo que ofrece a los lectores en 268 páginas una consideración crítica de diversos perfiles de la polémica personalidad, pensamiento y legado de un protagonista central del siglo xx. Pensar a Jauretche fue coeditado por UNIPE Editorial Universitaria y por el Centro de Estudios Jauretche del Banco Provincia.

La grata reunión se inició con la presentación de la obra y los agradecimientos por la iniciativa que convocó a doce especialistas, académicos e intelectuales, que luego de una minuciosa investigación desarrollaron una parte de la vida, de la obra o de un aspecto destacado de Don Arturo Jauretche.

La producción literaria llegó a los lectores al sumar la acción de UNIPE Editorial Universitaria y el Museo Jauretche.

“La UNIPe, como entidad pedagógica de la provincia de Buenos Aires, se dedica a la formación permanente y continua de docentes y autores, bajo el ala del compromiso político que propone abrir el debate desde distintos ámbitos de la producción editorial en medios gráficos o en la web. De esta manera, la formación docente y pedagógica se pone al servicio del pensamiento político y fomenta la formación y educación de los alumnos. Por lo tanto, Jauretche es la reconstrucción de la política; es el enfrentamiento verbal, el horizonte argentino donde se juega la búsqueda de una forma nacional”, manifestó el rector de la UNIPE, Adrián Cannellotto.

Pensar a Jauretche

Pensar a Jauretche

Luego, el escritor y poeta Eduardo Romano se refirió al libro como lector y escritor. El trabajo tiene el poder de abrir un abanico de lecturas diferentes de Arturo Jauretche desde diferentes momentos de su producción: “Soy autor pero no todos los autores. Reconozco que el haber desglosado artículo por artículo de su contenido me brindó una gran experiencia. Es un texto en el cual predominan los historiadores; algunos venimos del campo de la literatura, otros de la teología y el compilador de la ciencia política”.

En otro tramo de su análisis, Romano se detuvo en la relación entre los borgistas del 30, cómo se posicionaron en las corrientes del pensamiento del siglo xx y qué lugar ocuparon en el peronismo. “Quien no conozca la historia de Jauretche se interesará por un gran pensador argentino que fue veladamente un gran escritor”, concuyó.

El cierre del acto correspondió a Gustavo Marangoni, quien admitió que los seres humanos tenemos el poder de cambiar la historia: “Cada vez que la miramos, la vemos de manera distinta. No es negativo, lo hacemos desde el presente. No es un hecho que se vea unívocamente. Hoy, la Revolución de Mayo es vista de otra manera, cambia el pasado. Eso que era maravilloso, no lo es y viceversa”.

Y de acuerdo con esa línea de pensamiento, afirmó: “No me gusta el `Pensar a Jauretche’ porque es volver a examinarlo, y sobre todo si citamos a Jorge Luis Borges, porque al pasar los años nuestro protagonista se convierte. Por eso, quienes venimos del peronismo decimos: tenemos un Jauretche lineal y descafeinado porque está separado de los acontecimientos históricos que lo rodearon. La relación que tuvo con el peronismo no fue cómoda, sobre todo desde el poder. Su carácter y personalidad lo mantuvieron en una postura crítica en algunos temas relacionados con el grado de obsecuencia y alcahuetería que existía en la época”.

De acuerdo con la semblanza trazada por el presidente del Banco Provincia, el hombre que vivió incomprendido durante cinco años por quienes defendió no bajó los brazos, no rindió sus convicciones y dejó de lado la mezquindad: entendió la diferencia entre lo que era estratégico y lo que no lo era, y se preparó para lo que vendría: la crueldad, el crimen y el odio.

“¡Ese `Jauretche’ me parece muy rico y digno de evocar!”, afirmó Marangoni, y agregó que no escatimaba su punto de vista en situaciones en las que no estaba de acuerdo; entendía que la lealtad no se asentaba en un camino vertical de abajo hacia arriba. Pensar o reflexionar siempre es incómodo, y él no dudaba en hacerlo.

En cuanto al texto, destacó la calidad y pluralidad de las evocaciones, además de la valiosa posibilidad de saber que una persona no tiene una sola cara. Plantear virtudes y debilidades no disminuye el diálogo. “Jauretche no fue un pensador profundo, era coloquial, gustaba ubicarse en otro lugar del análisis y preguntarse por qué ocurrían los hechos. Pensar conlleva un ejercicio intelectual y, sobre todo, invita a la reflexión… Ese es el mensaje que me interesa evocar y compartir. ¡No nos quedemos con un solo Jauretche! Él era polémico; me gustan esos hombres que se animan a pensar contra todos y de todos. Me gustan los pensadores: no obedientes”.

Patricia Ortiz

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